$2,8 billones más, y el paro sigue…
Al retomar viejos compromisos sectoriales y comenzando a concretar acciones derivadas de la reforma tributaria y del Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (Pipe), el Gobierno anunció en una sola semana medidas que suman cerca de 2,8 billones de pesos en su aplicación para sacar de la crisis a sectores de la industria manufacturera, el agro y el transporte de carga.
El plan de estímulos comprende diversos frentes para mejorar la competitividad de estos sectores. Paradójicamente, el paquete de medidas no calma el malestar de productores agrarios ni camioneros que empiezan su segunda semana de protestas.
Y mientras sus demandas se mantienen, el Gobierno aclara que no podrá atenderlas con partidas extraordinarias: «Los recursos ya fueron incorporados al presupuesto de 2014 y no tenemos el espacio ni la capacidad de ofrecer más», dijo a Colprensa el ministro de Hacienda,Mauricio Cárdenas Santamaría.
La tensión aumenta después de que el presidente Juan Manuel Santos dijera ayer que «ese tal paro nacional agrario no existe». Aunque luego salió en Twitter a precisar que «cuando digo que el paro no es nacional agrario es porque está concentrado en pocos departamentos y en unos productos determinados».
Al margen del paro nacional, los industriales aplauden que se haya extendido por dos años el cero arancel para importar materias primas y bienes de capital no producidos en el país. Eso significa para las empresas ahorros estimados en 1,4 billones que dejará de recibir el Gobierno en impuestos.
Sin embargo, la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) insiste en su sambenito del alto valor de las tarifas de energía, los sobrecostos logísticos y la necesidad de una tasa de cambio más devaluada.
Ahora bien, pese a las críticas hacia el Gobierno de que son más los anuncios que los hechos, todo indica que las protestas aceleraron la aplicación de un ambicioso plan de estímulos.
Batería de medidas
De un lado, están los 1,1 billones de pesos aprobados por el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) para renovar el parque automotor de carga, acompañado de créditos blandos para los transportadores.
«Con esta renovación saldrán del mercado 30 mil camiones para renovar el parque con ayuda y crédito subsidiado. El programa va hasta el año 2018», explicó la ministra de Transporte, Cecilia Álvarez-Correa.
Se suman otros 500 mil millones del Fondo para el financiamiento del sector agropecuario (Finagro) dirigidos a productores morosos en sus créditos.
«Este beneficio permitirá refinanciar las deudas a tasas de interés de fomento, pero, sobre todo, podrán ampliar el plazo para pagar sus obligaciones y aliviar así su flujo de caja», comentó Luis Eduardo Gómez Álvarez, presidente de Finagro.
El plan oficial sigue con 380 mil millones de pesos del Banco de Desarrollo Empresarial Colombiano (Bancóldex) para líneas preferenciales de crédito, con bajas tasas y periodos de gracia generosos, para que las industrias manufactureras tenga liquidez e inversión en capital de trabajo.
«Son dos cupos especiales de crédito. El primero es de capital de trabajo y sustitución de pasivos, para invertir en compra de materias primas, insumos, licencias, pago de mano de obra y otros. El segundo es para modernización de la mipymes del sector industria», aclaró Santiago Rojas Arroyo, presidente de Bancóldex.
Además las empresas, en cualquier sector, tendrán mejor flujo de caja con la aplicación desde el primero de septiembre del decreto de autorretenciones, incluido en la pasada reforma tributaria.
Comprende una reducción de la tarifa general de compras de 3,5 por ciento a 2,5. «Eso significa que el sector empresarial en lo que queda de este año se ahorrará 800 mil millones de pesos en menores retenciones», comentó el ministro de Hacienda. Ahora bien, la medida le costará al fisco 2,4 billones de pesos, solo en 2014.
Con todo, la última Encuesta de Opinión Empresarial Agropecuaria arrojó un pesimismo sin precedentes en los 5 años que se ha empleado este instrumento para tomarle el pulso al sector: el 43 por ciento de los productores (46 por ciento en el ámbito agrícola y 40 por ciento en el pecuario) consideró que su situación económica entre abril y junio fue mala, en contraste con el 27 por ciento del segundo trimestre del año anterior.
Pero la preocupación es mayor entre los cultivadores, ahora que el Ministerio de Agricultura reducirá en 31 por ciento, hasta 2,1 billones, el presupuesto de inversión y funcionamiento previsto para 2014.
«No vemos viable ni sostenible lograr el pleno desarrollo de la política sectorial con la asignación presupuestal actual, sobre todo cuando el Gobierno ha planteado una revisión a los instrumentos actuales», concluyó Rafael Mejía López, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).