Así han ayudado las fotomultas a mejorar la movilidad en las vías de Cali
Al menos eso es lo que se pregunta Yulder García, un ejecutivo al que le llegó a su residencia un comparendo del Tránsito Municipal por haberse pasado un semáforo en rojo. La multa vale $566.000. “Fue en amarillo, no en rojo, en la Calle 52 con Primera; no imaginé que pasar en amarillo fuera una infracción”, se queja García. Hugo Arbeláez, un taxista ‘pillado’ mientras pisaba con su vehículo la cebra de la Avenida Pasoancho con 66, asegura que le tomaron la foto más cara de su vida: $283.000, el valor de la infracción. “¿Qué hacen esa plata?, uno no ve que tapen ni un hueco”, dice molesto. Lo que no sabe Arbeláez es que los huecos no se tapan con la plata de las fotomultas, porque para eso existen la sobretasa a la gasolina y otros recursos propios del Municipio. Pero él quiere ver su multa invertida en mejores vías. En realidad con esos recursos el Municipio paga la nómina de los agentes de tránsito, 530 que hoy están vinculados a la Secretaría y la dotación de motos y vehículos para su operación. Lo cierto es que las fotomultas se han convertido en el dolor de cabeza para muchos conductores que no son muy amigos de respetar el semáforo. Pero, a la vez, han sido una solución importante para las autoridades de Tránsito, que no solo han robustecido sus finanzas, sino que además han logrado mejorar el control en las vías. El secretario de Tránsito, Alberto Hadad, señala que la plata de las fotomultas está bien invertida, que ha servido para vincular más guardas de tránsito y precisamente para adquirir las mismas cámaras de control de tráfico, de las cuales hay 21 fijas instaladas en intersecciones claves de la ciudad. Desde hace tres semanas hay, además, dos cámaras móviles montadas sobre vehículos de la Secretaría de Tránsito que realizan control al espacio público. Es decir, les toman la foto a los vehículos estacionados sobre andenes y zonas prohibidas y expiden de una vez el respectivo comparendo. Como lo hacen las cámaras fijas. La multa llega a la dirección que tenga registrada en el Tránsito el titular del vehículo. Las cámaras móviles ya han impuesto 2.100 comparendos. Aunque las fotomultas solo están aportando por ahora el 15% de todos los ingresos de la Secretaría, lo percibido por concepto de pago de infracciones se ha incrementado en un 92,1% en lo que va del 2012 (enero – octubre), frente a igual periodo del año pasado. “Es la cifra más alta de los últimos cinco años. Casi que duplicamos el recaudo logrado en el 2011 en el mismo periodo”, afirmó Hadad. Gracias a esos recursos adicionales ha sido posible aumentar el número de agentes del Tránsito en Cali. El año pasado había 280. Este año ya van 530 agentes; es decir, un aumento del casi 90%. En otras palabras, las multas han permitido corregir una de las grandes causantes del caos de movilidad en la ciudad: el déficit recurrente de agentes controladores del tránsito. Otra cosa en la que se han invertido las multas es en la compra de motos y carros para fortalecer ese mismo control. Son 200 motos más que requieren los nuevos guardas para movilizarse. Estas son las mayores inversiones. Hace falta, sin embargo, un mayor esfuerzo en la parte de seguridad vial, otro de los rubros en que el Código Nacional de Tránsito ordena invertir los recaudos por multas y sanciones a infractores. Eso quiere decir que se debe ampliar y hacerle mantenimiento a la red semaforizada de la ciudad y realizar demarcación y señalización vial. Según el asesor de Tránsito, Jairo Gómez, los semáforos de la ciudad ya requieren reposición, muchos tienen más de 20 años y los $2.500 millones que se destinan para su mantenimiento son insuficientes. En demarcación y señalización tampoco hay presupuesto suficiente. En algunas vías del norte y oeste de la ciudad se han instalado taches para demarcar sentidos viales y canalizar el tráfico, lo cual ha sido importante por ejemplo, para organizar el tráfico frente al CAM y en la Carrera 4 Oeste frente al Peñón. Pero aún falta. Antes de que termine este año, la Secretaría de Tránsito aspira tener instaladas en la ciudad 40 cámaras de fotomultas, con lo cual los ingresos por infracciones seguramente aumentarán. Con esos recursos se prevé incrementar también la inversión en seguridad vial. De hecho, James Gómez, director del Fondo de Prevención Vial, sostuvo que “toda la infraestructura de tránsito requiere un mantenimiento y acá no se había hecho hasta ahora; por eso el deterioro”. En su criterio la reorganización del tráfico de la ciudad debe empezar por allí. “Si se le quiere exigir buen comportamiento a las personas, hay que garantizar que todo esté como debe. No se le puede pedir a los conductores que no pisen la ‘cebra’ si ni siquiera se ve dónde está”, advirtió. De esta manera, las fotomultas que tanto le duelen a los infractores, parecen ser hoy una buena solución, no sólo para el control del tráfico, sino para obtener los dineros que hacen falta invertir en seguridad vial.
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