Cali, La Sucursal Del Rebusque
Cali es la “sucursal del cielo”, pero en las últimas dos décadas por factores como la inusitada migración y el desacelaramiento de renglones industriales, han transformado este entorno para miles sus habitantes en una “capital del rebusque”.En el barrio Olímpico al sur de Cali, Víctor Hernández es uno 2.269.000 colombianos sin trabajo, de acuerdo con el informe más reciente del DANE. Sus días se las pasa, enviando hojas de vida, caminando por los parques del barrio y esperando esa llamada…en un celular que se ha convertido en su “cómplice” y acompañante en esa difícil lucha emocional que es quedarse sin un empleo formal. Y es que hasta hace tres meses, Víctor adelantaba un trabajo técnico en una universidad. Pero los malos presentimientos de que quedaría cesante, se convirtieron en realidad. La situación se había tornado extraña. A Víctor en los últimos dos años en la universidad, lo venían contratando a renovaciones cada 6 meses. Y eso le generaba esa incertidumbre y la gastritis que en las últimas semanas se le ha complicado. La vida de Víctor cambió desde el 06 de agosto de este año; fecha en la que promediando la tarde recibió la noticia: Su cargo había sido cancelado.En medio de su preocupación, Víctor no pierde el sentido el humor “no hay mal que por bien no venga, pues ahora soy gerente de mi propia vida”, una frase que podría reflejar ese drama que viven miles de colombianos que especialmente después de 35 años de edad son despedidos y no encuentran un trabajo formal. Por la cabeza de Víctor a sus 23 años de edad, ha pasado irse para Popayán donde unos primos. Pero si por acá hay desempleados, en la capital del departamento vecino, los índices están más complicados pues el desempleo está en un 18%. También él ha sonado irse para el eje cafetero, pero Armenia tiene un 16% de trabajadores sin empleo. Otra de las situaciones que vive Víctor es que él siempre fue empleado. Nunca pasó por su cabeza tener un negocio paralelo y menos que un día no tendría ese puesto, que era su orgullo. “Ahora no sé qué hacer, pues no me veo en las calles vendiendo cosas y menos montando un negocio, pues no tengo ahorros y no sabría por dónde empezar”, indica con desgano. Caliescribe aborda la problemática del desempleo en Cali, el crecimiento de la informalidad, el subempleo, con el aporte de expertos economistas, líderes gremiales, las autoridades municipales, y muchos de los exponentes de las condiciones de desempleados, informales y subempleados que conviven en nuestro tejido social de contrastes, pues una ciudad en la que en los semáforos hay un promedio de cuatro personas ofreciendo mercancías o exponiendo actos circenses, en otros sectores se inauguran grandes almacenes de cadenas internacionales.
Crónica: el desempleo una difícil carga para Cali
La tasa de desempleo en Cali no decrece en el mismo sentido que la nacional. En el análisis realizado por la red de Observatorios Regionales del Mercadeo de Trabajo, hay dos grupos que preocupan, especialmente, uno es el de los jóvenes con edades entre 18 y 24 años, como el caso de Víctor en el barrio Olímpico y el otro el de las mujeres. Estos dos grupos exhiben altas tasas de desempleo, la mayor duración en la búsqueda del empleo, las más altas tasas de informalidad, los más bajos índices de calidad de empleo y en la caso de las mujeres una clara discriminación laboral. Víctor nos contó su historia pero nos pidió que no se le grabara y menos que se le tomara una fotografía. ¡Cuestión de su edad! No lo quiso responder, él insiste en esa frase “es que me da cosa salir y mostrarle la cara al desempleo”. Ese rostro de un fenómeno económico que deja secuelas sociales complejas, lo estamos abordando en Caliescribe. Crónica: el desempleo una difícil carga para Cali (segunda parte)
La próxima semana continuaremos con esta serie de crónicas sobre el desempleo, la informalidad y el subempleo en Cali, la “sucursal del rebusque” y una ciudad que no queremos estigmatizar, sino que se pretende es generar un espacio para que este y otros temas se discutan y estudien. Puede ser que para nuestra próxima entrega a Víctor en el barrio Olímpico, le haya sonado el celular y entrado la llamada de ese puesto técnico que viene esperando y buscando, sumido en la ansiedad propia de los impulsos de su edad y en el pensamiento ¿ya viene diciembre con su alegría? y no tendría con qué comprar los aguinaldos.
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