El cambio climático ‘evaporó’ la civilización Maya
Douglas Kennett, de la Universidad de Pennsylvania, estudió estalagmitas de 2.000 años de antigüedad de la cueva Yok Balum, en Belice, junto con su equipo de investigación. Según explica el científico en un artículo publicado en la revista ‘Science’, los registros de lluvia grabados en las estalagmitas indican que las épocas de más precipitaciones coinciden con la expansión de la población maya. Según Bennett, normalmente los períodos en los que se producen abundantes precipitaciones favorecen un incremento de la producción agrícola. No obstante, tras esa temporada llegó un período caracterizado por una serie de sequías que causaron un declive en la producción agrícola en los siglos posteriores y contribuyeron a la desintegración de los sistemas políticos. El uso de las nuevas tecnologías ayudó a los investigadores a esclarecer las razones del colapso del imperio maya. Un estudio, que combinó los datos de los arqueólogos con las observaciones realizadas por los satélites de la NASA, concluyó que la región estaba deforestada casi en su totalidad. Así, la deforestación propició un aumento en la temperatura de la región y como consecuencia afectó la calidad de la tierra, haciéndola menos apta para la agricultura y cambiando los patrones de lluvias. «El abrupto cambio climático es parte de la historia. Además de la baja precipitación y la sequía, las condiciones preexistentes que favorecían la complejidad social y la expansión de población sentaron las bases de una posterior tensión social y la fragmentación de las instituciones políticas», concluyó el experto.
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