Calidad del agua de los ríos de Cali no mejora, según análisis del Dagma
El único río que tuvo un cambio positivo en el ICA fue el Aguacatal, que pasó de tener una calidad regular en su entrada al perímetro urbano, a aceptable. De igual forma, pasó de tener una mala calidad a la salida de la ciudad, a regular. Mientras el Meléndez y el Lili se mantuvieron más o menos estables en la medición, el Cali, el Cañaveralejo y el Pance bajaron su calidad, siendo el caso del río Cali el más dramático ya que la condición de sus aguas a la entrada de la ciudad pasó de ser aceptable a regular. Para la directora del Dagma, Beatriz Orozco, es evidente que ninguno de los ríos ingresa al perímetro urbano en óptimas condiciones de calidad. “Es necesario extender el análisis del agua hasta la zona rural para conocer las causas de esta problemática”, señaló. Al respecto, José Cerón, subdirector de Aguas Residuales de Emcali, asegura que la principal causa de deterioro de los ríos de Cali en la zona rural son las invasiones. “La cuenca baja de los afluentes de la ciudad se ve afectada por al menos 25.000 familias de invasión e las zonas de ladera”, puntualizó. El problema con estas invasiones, explica, es que no tienen conexiones de alcantarillado adecuadas y, por ende, sus aguas residuales caen directamente a los ríos. Además, explica que las basuras que la gente deposita en las estructuras de separación hacen que se obstruyan y que las aguas negras caigan hacia los afluentes. Enrique Valle, miembro del movimiento cívico del Oeste, asegura que “esa medición no coincide mucho con la realidad, porque yo veo al río Cali bajar muy limpio y contaminarse cuando le cae el Aguacatal. Es bastante extraño que se indique mejoría en este afluente”. La directora del Dagma añadió que la calidad del agua de los afluentes disminuye a su paso por la ciudad, lo que refleja el impacto de las descargas de aguas residuales provenientes de conexiones erradas. De acuerdo con datos de Emcali, en el Sur de la ciudad se han detectado 900 conexiones erradas (cuando alguien comunica su canal de aguas residuales equivocadamente con el de aguas lluvias), las cuales están en seguimiento para ser eliminadas. Hugo Salazar, vicepresidente de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, Acodal, y líder de la Comuna 22, explica que en el caso del Pance, “están tumbando bosques para construir, sin permiso de Planeación ni de Gobierno. El problema es que esta situación sigue sucediendo y esas dependencias no hacen nada”. Añade que incluso conoce de casos de nuevas construcciones que están desviando el cauce del río para utilizar sus aguas. En el caso del río Lili, comenta Salazar, aunque la minería ha disminuido, cada vez son más las aguas residuales que caen, producto del crecimiento de los asentamientos subnormales. Una situación similar sucede con los ríos Meléndez y Aguacatal.
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