La incomprensión es mutua
Todo parece indicar parece que las manifestaciones contra los Estados Unidos tienen su base en un triste malentendido. Es como si se tratara de un nuevo episodio de un antiguo drama. Tras las tiras cómicas danesas y la película anti islamita holandesa, Fitna, ahora la controversia la provoca el film norteamericano “La Inocencia de los Musulmanes”. El autor, que ha resultado ser un copto norteamericano, dice que su intención es demostrar que el Islam es un cáncer. El Islam es una respetable religión internacional intensamente apreciada por millones de creyentes en todo el mundo que basan en él su dignidad humana. Una película que presenta al Profeta como un mujeriego y un asesino de masas, tiene la maliciosa intención de herir a los creyentes. No debe sorprender pues, que haya musulmanes que se manifiesten en su contra. Pero, ¿por qué dirigen sus protestas contra las embajadas americanas? Los musulmanes argumentan que el film da testimonio de la incomprensión y la ignorancia existente en torno al Islam. Pero dirigir su indignación contra el país en el que se ha producido la película, demuestra una ignorancia igualmente alarmante de los principios básicos de la democracia y la libertad de expresión. En una democracia no mandan ni el presidente ni el gobierno, sino la ley. Y la ley garantiza la libertad de expresión. En otras palabras, las autoridades americanas no pueden prohibir la película sin más como parecen creer los manifestantes musulmanes. El derecho a la libertad de expresión implica que cada uno como individuo tiene la facultad de decir lo que quiera siempre y cuando no incite a la violencia. Y tanto americanos como europeos están orgullosos de tener esta libertad. La misma asegura que los conflictos se resuelvan mediante el diálogo y no suprimiéndose mutuamente o utilizando la agresión. Esta libertad es tan querida para ellos como lo es el Islam para los musulmanes. Pero la libertad de expresión también significa que, a veces, lo que se dice o lo que se escribe es, para la mayoría de la población, moralmente reprobable. Los manifestantes musulmanes deberían entender que el film es producto de un individuo extremista que ha conseguido lo que quería al reaccionar ellos airadamente. Deben comprender que la mayoría de los norteamericanos, incluido el gobierno, comparten su rechazo. Que lo mejor que pueden hacer es ignorar esta película como hacen la mayoría del pueblo estadounidense.
Fuente Radio Nederland
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