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Tras dos años de su gobierno, estas son las tareas pendientes de Juan Manuel Santos

Durante su campaña hizo muchas promesas, una de ellas fue mantener en perfectas condiciones el ‘huevito de la seguridad’ que heredó del expresidente Álvaro Uribe. Sin embargo, parece que ya está fisurado. Álvaro Mendoza, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Sabana, sostiene que este Gobierno “es muy fértil en propuestas, pero árido en ejecuciones”. Los analistas consultados por El País coinciden en que el principal reto de Santos para los dos años que le quedan de mandato es recobrar la sensación de seguridad tanto en las ciudades como en la zona rural, donde los ataques de la guerrilla se han incrementado en un 10% en los últimos tres años. Asimismo, se requiere que cumpla con el anuncio de las cien mil viviendas para los más pobres de los pobres en el país y que encienda “por fin” la locomotora de la infraestructura, que a juicio de Mendoza, “podría irrigar recursos a la economía y generación de empleo con la gran cantidad de demanda de mano de obra que se necesita en el país”.

 

¿Y el huevito de la seguridad?

El presidente Juan Manuel Santos recibió al llegar a la Casa de Nariño “tres huevitos”. Uno de ellos representaba la seguridad democrática, pero pasados dos años de este gobierno ese “huevito” (heredado del expresidente Álvaro Uribe) ya tiene fisuras.

El profesor Iván Garzón, doctor en Ciencias Políticas y profesor de la Universidad de La Sabana, dice que Santos se ha equivocado al “minusva- lorar las críticas del Uribismo”, pues al cabo del tiempo, las cifras demues- tran que no eran meros reclamos políticamente interesados, sino que la seguridad se ha deteriorado, no sólo en las zonas urbanas, sino en algunos municipios a los cuales la guerrilla ha retornado y para ello el analista trae a colación la última encuesta de Ipsos Napoleón Franco, en la que la percepción de inseguridad en la zona urbana alcanza un 57%.

Garzón indica que pese a los estratégicos golpes a las Farc, todavía esta organización no evidencia “intenciones de iniciar un proceso de paz”. Mientras que Álvaro Mendoza, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Sabana, considera que los colombianos “somos conscientes de los esfuerzos” del Gobierno en esta materia, pero indica que en los últimos dos años ha habido un “florecimiento” de las bandas emergentes de carácter subversivo que “han vuelto a sacar la cabeza”.

Pese a las cifras, hay analistas como Juan Pablo Milanese, director del programa de Ciencias Políticas de la Icesi, que consideran que no es que no sea un reto mejorar la seguridad en Colombia, “lo que pasa es que ha explotado en una coyuntura mediática que hace que el problema sea más visible, pero no estoy completamente convencido de que sea el tema principal”.

Vivienda sin politiquería

En abril pasado el Gobierno Nacional se trazó una meta: la construcción de cien mil viviendas para los más pobres de Colombia en un plazo de dos años. En ese entonces se temió que el proyecto se fuera a convertir en una bandera a la politiquería y Clara López, presidenta del Polo Democrático Alternativo, dijo en su momento, que “una de las intenciones del Gobierno es hacer campaña con la necesidad de los pobres”.

Cuatro meses después, esa inquietud no ha desaparecido y para los analistas políticos, el principal reto del presidente Juan Manuel Santos es evitar que el proyecto termine siendo un trampolín para lograr su reelección. También que logre ensamblar la reactivación de la economía con las soluciones habitacionales para los menos favorecidos.

A juicio del analista político Iván Garzón, doctor en Ciencias Políticas, la propuesta incentiva “un populismo que ha sido característico de la Venezuela chavista o la Argentina de los Kirchner. En el contexto económico actual, no es razonable que el Estado incremente los subsidios o los regalos, más aún si se tiene en cuenta el tufillo clientelista que tienen estas políticas”.

Por su parte, Álvaro Mendoza, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Sabana, consideró que aunque es un reto lograr la construcción de esas cien mil viviendas, confía en la capacidad de ejecución del ministro (de Vivienda) Germán Vargas Lleras.

“Me parece razonable el sistema propuesto por el Gobierno que consiste en contratar con la actividad privada la ejecución de las casas para luego comprárselas y adjudicarlas a los beneficiarios. Esa podría ser otra inyección de actividad en el panorama económico muy importante”, agregó el académico.

Economía e infraestructura, otros retos

Los ojos del país están puestos sobre la seguridad. Esa que pareciera esfumarse con el correr de los meses. Las cifras confirman el temor de muchos colombianos: en los últimos tres años los ataques de la guerrilla se han incrementado en un 10%. Y en este año, la ofensiva de las Farc subió en un 7%. El ‘huevito’ de la seguridad, aseguran muchos, está fisurado.

A pesar de ello, inquietan otros temas como las relaciones internacionales, el fortalecimiento de la economía y las cien mil viviendas anunciadas por el presidente Juan Manuel Santos para los más pobres del país.

Analistas consultados por El País ven en estos temas los principales retos para el Mandatario, a quien le quedan dos años para cumplir sus anuncios de campaña y otros tantos que han ido apareciendo en el camino. Álvaro Mendoza, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Sabana, dice que, ojalá, propósitos como el de las cien mil viviendas “no se queden en teoría, como otras propuestas de este gobierno que ha sido muy fértil en propuestas, pero árido en ejecuciones”.

El académico sostiene que hay un punto débil para el Gobierno: la economía. “Ha habido mejoras en la generación de empleo, pero hay desconcierto porque las inversiones proyectadas, que cuentan con recursos apropiados, han sido misteriosamente postergadas”, indica.
Juan Pablo Milanese, director del programa de Ciencias Políticas de la Icesi, agrega que la crisis económica mundial se puede reflejar en este país.

“El Estado puede tener mayores inconvenientes a la hora de desarrollar los proyectos de inversión pública. Esto no quiere decir, por ejemplo, que no se puedan hacer obras de infraestructura, pero entonces va a tener que desatender otras áreas”.

El analista Iván Garzón, doctor en Ciencias Políticas, manifiesta, por su parte, que en la política exterior hay situaciones que deben descifrarse: “¿Cuáles son los intereses que la Cancillería defiende e impulsa? ¿Vamos a seguir creyendo que somos líderes en la región porque el bloque chavista ya no nos ataca diplomáticamente, y porque organizamos una cumbre en Cartagena? ¿Será que decir que “en dos años no se ha bajado de un avión” es el mejor argumento para que la Canciller Holguín continué en su cargo?”.

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