Conozca los cinco lugares donde más se invade el espacio público en Cali
Así lo pudo comprobar El País luego de realizar un sondeo en el que se identificaron cinco zonas de la capital del Valle donde transitar es una odisea. A través de un recorrido, este diario pudo corroborar, además, que los corredores del centro de Cali, como los de la Calle 15 y la Carrera 4, están de nuevo ocupados por vendedores ambulantes. La problemática también se trasladó a las vías internas de algunos barrios de Cali donde vendedores ambulantes y vehículos mal estacionados obstaculizan el paso. Según la Secretaría de Gobierno Municipal, diariamente se realizan entre 20 y 40 operativos por toda la ciudad dirigidos por tres grupos de la Subsecretaría de Policía y Convivencia. Aún así, “los infractores son renuentes a acatar las normas”, indicó un funcionario de dicha dependencia. Explicó, además, que “en la Carrera 4 entre calles 13 y 15, por ejemplo, hay personas que tienen hasta cinco puestos de ventas con permiso y todos los alquilan. Esto es prohibido porque, de acuerdo con la normatividad, la persona con autorización es quien debe atenderlo y no puede alquilarlo”. Sitios en caos El centro de Cali no es el único sector de la ciudad afectado por la invasión del espacio público. En la glorieta del Seguro Social, al norte de Cali, el corredor que conduce a la terminal de transporte es poblado desde tempranas horas del día por vendedores de DVD, calzado, gafas, entre otros. “Uno pone su puesto donde nadie más haya estado y debe estar con la mercancía suficiente que se pueda cargar en las manos por que sino ‘el Lobo’ (camión de la Policía) pasa y se le llevan todo a uno”, cuenta un vendedor ambulante de ahí. Entre tanto, en el barrio Chimangos, en la Comuna 5, al norte de la ciudad, hay una calle conocida como la ‘Chimisexta’, ubicada en la a Calle 62 D # 1 A 9 – 250, que está poblada por ventas de todo tipo hasta camiones que descargan productos a las tiendas de esta vía durante el día. “Aquí hay gente como yo que lleva cinco y hasta más años vendiendo aquí. Todos respetamos el espacio del otro y ‘el Lobo’ casi no pasa por aquí”, relata una vendedora. Otro punto neurálgico es la galería de Santa Elena, ubicada en el barrio Alameda de la Comuna 10 de la ciudad. Ahí los vendedores cuentan que deben pagar cada noche $5.000 para “que le den vigilancia y seguridad al puesto”. “Para trabajar en la calle no se le pide permiso a nadie. Sólo traer su puesto. En la noche cada uno debemos pagarle a alguien que nos ayuda a vigilar de los ladrones”, dijo una vendedora. De otra parte, en el barrio Tequedama, en el sur de la ciudad, los usuarios de los establecimientos médicos son quienes provocan congestión. “Alejan la clientela de los negocios pequeños y no permiten a los traseuntes caminar”, anotó Edgar Hernández, comerciante del sector. En la glorieta del barrio Ciudad Jardín, sur de Cali, la invasión del espacio público se da, según uniformados del CAI de Policía de este barrio, porque en horas de la noche los vehículos de los usuarios de los establecimientos del sector, parquean en el separador vial. “Mucha veces pedimos apoyo a los guardas de tránsito pero nunca llegan”, aseguraron algunos policías del lugar.
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