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La crisis europea y su impacto en Colombia

Malas noticias

A juzgar por las estadísticas y proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la situación de la Zona Euro es preocupante y susceptible de empeorar:

  • El crecimiento promedio para el periodo de 7 años —incluyendo los resultados observados de 2007 a 2011 y los proyectados de 2012 y 2013— habrá sido apenas un tercio de lo estimado para las economías avanzadas, y el capital productivo decrecería a una tasa promedio anual de 1,2 por ciento; 
  • La aplicación de un ajuste fiscal sustantivo y de un gran apretón económico reducirán el déficit fiscal a 3,5 por ciento, por debajo del 5,7 por ciento promedio de los países miembros de la OCDE; 
  • La cuenta corriente acabará siendo ligeramente favorable a la Eurozona, pero el desempleo será un 50 por ciento más alto que el de un año antes de la crisis.

Cortada en dos

Esta oscura realidad permite refutar a quienes en Colombia creen que lo que importa es crecer y no la forma como se crece. A este respecto, Europa puede casi dividirse en dos:

  • En el primer grupo hay casos como Alemania donde el desempleo ha bajado un 21 por ciento con relación a 2007 o donde se mantiene sin variaciones como Holanda, Austria o Suecia. Esta lista incluye países que han manejado déficits fiscales más bien bajos, pero que en su gran mayoría tienen superávit de cuenta corriente. 

Primer Grupo-Países Europa Variables Económicas Promedio 2007-2013

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Países productivos, que mantienen una cultura de ahorro, que dan prioridad a la iniciativa privada y que cuidan las finanzas públicas manteniendo un margen de expansión transitoria para amortiguar los choques externos y los imponderables. Países que no fomentan una cultura donde la iniciativa privada se base en los favoritismos del Estado.

Algunos países no merecerían figurar en esta lista como Turquía, Polonia y Eslovaquia, pero no han sufrido tanto desde la crisis. Son economías menos productivas, por ende sostienen elevados déficits de cuenta corriente desde 2007 y presentan altas tasas de desempleo.

  • En el segundo grupo de países, la tasa de desempleo ha aumentado en promedio más de 100 por ciento y se ubica en casi 13,1 por ciento. La baja productividad y la falta de competitividad también resultan evidentes. 

Segundo Grupo-Países Europa Variables Económicas Promedio 2007-2013
Daniel_N_Tarazona_segundo_grupo 

Los déficits fiscales de Irlanda, Grecia, España y Portugal son sumamente altos. No es de extrañar que el desahorro público y privado que muestra el déficit de la cuenta corriente se hubiera traducido en el creciente endeudamiento de las economías mencionadas.

En los casos de España, Portugal, Grecia e Irlanda, las bajas tasas de interés del euro y la rigidez monetaria ayudan a explicar el exceso de crédito y la lentitud del ajuste a las señales de los mercados de capitales.  

Ajuste contraproducente

El tratamiento aplicado a la Europa periférica —es decir, a los países del segundo grupo— puede compararse con una quimioterapia, que busca reducir la demanda interna para equilibrar la cuenta corriente, y recortar el gasto y la inversión estatales para frenar el crecimiento de la deuda pública.

Está previsto que España haga un ajuste fiscal equivalente al 7 por ciento del PIB potencial entre 2012 y 2013, cerca del 85 por ciento por recorte del gasto y 15 por ciento por aumento de impuestos. Sin embargo se prevé que la deuda llegue de todas maneras al 91 por ciento del PIB en 2013, es decir, entre 30 y 40 puntos porcentuales por encima del nivel que tenía en 2009 (como en el resto de los países periféricos).

La experiencia de Grecia muestra que el recorte del gasto agrava el estancamiento económico y disminuye el recaudo fiscal, así se eleven las tasas impositivas. El desfase fiscal termina por aumentar la deuda más de lo previsto y de nada habrán servido los sacrificios. ¿Hasta cuándo será políticamente viable esta fórmula? Las próximas elecciones lo dirán.

Que Grecia abandone el euro

Muchos de los ajustes en los precios relativos deberían producirse por la vía de la tasa de cambio: ¿por qué pues no ensayar con la devaluación en Grecia, una vez se produzca su abandono del euro?

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Grecia muestra que el recorte del gasto agrava elestancamiento económico y disminuye el recaudo fiscal, así se eleven las tasas impositivas. 
Foto: sbs.com.au

¿Por qué no aprovechar que Europa ha logrado redistribuir las pérdidas mediante recursos aportados por el FMI, el Fondo de Rescate, el Banco Central Europeo, los bancos extranjeros y los fondos de pensiones y aseguradoras?

Desde 2009, no se ha hecho otra cosa que diluir el golpe en el tiempo y esparcir el impacto económico y financiero, diversificándolo entre muchos. A muchos economistas les suena una salida ordenada de Grecia, con una última asistencia económica de Europa, del FMI y del Banco Central Europeo, buscando que sea lo menos traumática posible.

España será la próxima

Pero si Grecia sale del euro, se agravaría la presión sobre España y el riesgo aumentaría porque se trata de una economía casi seis veces mayor que la de Grecia. No hay razón para esperar que la historia no se repita, y los mercados esperarían que el mismo desenlace se produjera en España.

España se enfrenta a la crisis hipotecaria que seguirá ocasionando morosidad y pérdidas bancarias. El último cálculo del Instituto de Finanzas Internacionales habla de cerca de 250 mil millones de euros, lo que hace necesaria una recapitalización bancaria en cerca de 50 mil millones de euros. El gobierno Rajoy ya tuvo que inyectarle recursos al cuarto banco más grande y lo ha nacionalizado. Estos rescates debilitarían aún más las finanzas públicas, como precisamente sucedió con Irlanda.

El incumplimiento de las metas fiscales por parte de los gobiernos locales (las “autonomías”) y su sobreendeudamiento constituyen otro serio problema para España. Al financiarse con tasas de interés cada vez más elevadas, dichas entidades están acudiendo al gobierno central en busca de su garantía: no es otra cosa que el comienzo del camino que terminará obligándolo a rescatar las autonomías o provincias y elevando más las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda pública española.

Voces de esperanza

Ha ganado fuerza la idea de que Alemania deje elevar su tasa de inflación por encima de la meta del Banco Central Europeo, para ayudar a cerrar las brechas de productividad que explican los desbalances dentro de la Eurozona.

Crecen también las voces que piden un acuerdo para el crecimiento y no solo para la austeridad. Algo puede ayudar a las cuentas externas de los países periféricos la creciente debilidad global del euro y la perspectiva de una mayor inyección monetaria del Banco Central.

Pero los principales desbalances del comercio de bienes y servicios son entre países europeos, que se pagan entre sí con euros. Adicionalmente un euro estructuralmente débil significa enfrentar aumentos en los costos de los combustibles, lo cual puede acarrear inflación y una mayor pérdida de competitividad en la región.

Efectos previsibles en el mundo

España es muy grande y no hay margen a que Europa se equivoque. Es casi el doble de Grecia, Portugal e Irlanda juntos. Si España resulta como va Grecia, el euro y Europa acabaran sumidos en una crisis severa.

¿Podría desencadenarse una depresión mundial? Las últimas cifras de la Organización Mundial de Comercio dan una idea de la relevancia de Europa y del euro:

En cuanto a la agricultura, Europa representó el 41 por ciento de las exportaciones mundiales y el 44 por ciento de las importaciones de 2010. El comercio entre los 27 países de la Unión Europea (UE) representa el 33 y el 35 por ciento del comercio mundial en estos rubros.

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Crecen también las voces que piden un acuerdo para elcrecimiento y no solo para la   austeridad.    Foto: Prensa Libre.

En cuanto a combustibles y productos mineros, Europa originó casi el 21 por ciento de las exportaciones y fue el destino del 34 por ciento de las importaciones mundiales. En solo combustibles, Europa reportó importaciones por un valor de 504 mil millones de dólares en 2010. Durante la recesión de 2009, la caída en el valor importado fue de casi 40 por ciento.

En manufacturas, Europa representa el 43 por ciento de las exportaciones mundiales y el 40,6 por ciento de las importaciones. El comercio entre países de la UE representa por sí solo el 30 por ciento del comercio mundial de bienes industriales.

Las exportaciones industriales de Asia a Europa sumaron 680 mil millones de dólares, 3,2 veces más que las exportaciones de Norteamérica a Europa. El intercambio comercial en industria solo con China llegó a casi 500 mil millones de dólares. Es decir, Asia y directamente China se verían muy expuestas a un fracaso económico de Europa y del euro.

Colombia: consecuencias y acciones posibles
 

Por su peso en el comercio, en el intercambio industrial y en el mercado mundial de combustibles, una ruptura del euro tendría efectos devastadores sobre los precios de las materias primas y de los combustibles. 

Por eso la crisis europea constituye una amenaza real y seria a la bonanza minero–energética y de otras materias primas que están viviendo Colombia y otras economías de América Latina. 

Los primeros síntomas de una posible crisis externa ya se están presentando con el aumento de la tasa de cambio y la caída de las bolsas de valores. 

En Colombia la crisis está siendo estrechamente monitoreada por el Banco de la República para evitar sustos cambiarios y problemas de liquidez en dólares, tanto del gobierno como de las empresas y el sector financiero. 

En estas circunstancias la tasa de cambio puede fluctuar sin que “importemos” la crisis externa. Una devaluación moderada serviría más para proteger la demanda interna para los productores locales, que para estimular las exportaciones agrícolas e industriales. 

Por otra parte una caída del comercio mundial tendría el efecto de reducir la inflación global y la local. Ello daría espacio para bajar las tasas de interés locales y para usar los instrumentos monetarios en la expansión de la demanda interna [1]

El gobierno podría experimentar una reducción sustancial de sus ingresos petroleros, que hoy son del orden del 4,2 por ciento del PIB -aunque la devaluación compensaría en algo esta caída pues aumenta el valor en pesos de los reintegros petroleros. Sin embargo el precio por barril ya bajó a cerca de 82 dólares, y la producción podría sufrir un descenso más agudo. 

Programas de canje de deuda, extendiendo la vida media de los próximos vencimientos, así como los esquemas de prefinanciación, aprovechando aún la baja percepción de riesgo–país para Colombia, le darían un mayor espacio de maniobra al gobierno, si la nueva recesión global durara más de 12 o de 18 meses. 

Nuestra propia experiencia de manejo de crisis al igual que la lección de la crisis de deuda en Europa nos indica que debemos hacer lo que esté a nuestro alcance por evitar tener que hacer recortes de gasto, subir impuestos y suprimir la inversión pública en el momento en que los agente privados limpian y reparan sus balances, ordenan sus finanzas y ajustan las perspectivas de menor crecimiento económico por un importante periodo de tiempo. 

Egresado de Finanzas y Relaciones Internacionales del Externado de Colombia, MBA del Instituto de Empresa en Madrid, especialista en Finanzas Corporativas de la Universidad de California, y profesor universitario. 

Fuente: razonpublica.com

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