Entre el lodo y el miedo: el drama de los damnificados por el invierno en el Valle
En las paredes de casi todas las casas de los dos municipios hay una mancha de al menos un metro de alto: el rastro del agua con lodo y palos que afectó al menos a 900 familias de Restrepo y a más de 60 casas en Vijes, que se suman a las 4.000 familias damnificadas en el departamento desde marzo hasta hoy. Colchones, sofás y ropa húmeda se ven fuera de los hogares, manchados de lodo, esperando a secarse a la luz del sol que apenas ayer volvió. Leonel, que perdió su pierna izquierda en un accidente de tránsito hace 17 años, se lamenta por sus herramientas y su caballo que se ahogó. A Dolly, su hermana, se le dañaron las máquinas de coser con las que trabaja. Según las autoridades, el caudal de los ríos ese día subió 60 veces más de lo normal. En Trujillo, la creciente del río Cristales cobró la vida de Édison de Jesús Ramírez, un agricultor de 18 años cuyo cadáver fue hallado ayer. Es la segunda víctima fatal en el Valle y una de las 46 personas fallecidas en el país en la reciente temporada de lluvias. Las vías, además, están colapsadas por derrumbes. En la carretera principal de acceso a Restrepo la banca está por irse y ya se ve ladeada hacia el barranco. Como casi la mitad de los habitantes de ambos municipios vive en zona rural (alrededor de 13.000 personas), los derrumbes han imposibilitado el acceso. En el caso de Vijes, la Alcaldía ha adquirido su propia retroexcavadora para despejar las vías. Además, otra máquina fue dispuesta por una industria papelera que siembra y tala pino en la zona. “Nos preocupa esa deforestación, es por eso que la tierra se viene abajo cuando llueve”, comenta el director de Planeación de Vijes, Rodrigo Hurtado Velasco. Según el director del Comité Regional de Prevención y Atención de Desastres del Valle, Crepad, Jorge Rojas, en estas zonas se repartieron 180 ayudas el domingo. Además, el último reporte oficial de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres indica que el Valle ha sido uno de los más beneficiados, pues se le han asignado $1.662 millones desde marzo hasta hoy.
La lluvia se llevó la tranquilidad
De repente Luz Mery, de 76 años, apoyada en su bastón, comienza a llorar. No ha dormido desde el día del aguacero, cuando su hijo la salvó en medio de la oscuridad, con el agua hasta la cintura. Segundos después vio cómo el agua se apoderó de su casa y sus muebles. “Es que si vuelve a llover no sé qué va a pasar. Las escuelas no están dando clase porque no hay alimentos”, manifiesta el secretario de Gobierno de Restrepo, Nelson Cadavid. Para otros, como Reinel, la preocupación es que su casa se va a ir al barranco. Además, la creciente del río arrasó con sus cultivos. Las autoridades dicen que las pérdidas económicas en las siembras son incalculables en la zona. “Ya que nunca nadie respondió por mi pierna, tengo la esperanza de que esta vez, al menos, me ayuden a reparar mi casa y a hacer un puente en la vía para que no se vuelva a inundar”, concluye Leonel, mientras camina por la tierra enlodada.
Reubicación en Juanchito
Un total de 57 familias que viven en situación de riesgo por inundaciones debajo del puente de Juanchito y en asentamientos de invasión sobre el jarillón del río Cauca, en Candelaria, serán reubicadas en la vereda Caucaseco, a diez kilómetros de ahí. “Colombia Humanitaria nos apoya con las viviendas y el Municipio se compromete a colocar el lote con servicios públicos. Las casas serán gratuitas”, indicó el secretario de Gobierno de Candelaria, Eberto Riveros. Entre tanto, se adelantan trabajos de reforzamiento del jarillón del río Cauca. Para Wilson Suárez, secretario de Infraestructura Municipal, “el nuevo dique, aunque no es una obra definitiva, nos ha protegido de inundaciones”.
Fuente: elpais.com.co y youtube.com
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