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Ser maestro oficial, una profesión que está en crisis

Este no es, a juicio de este examen que mide las competencias genéricas de los universitarios que están por graduarse, el único aspecto en el que muestran debilidades preocupantes. También tienen pobres resultados en inglés (solo el 17 por ciento alcanza niveles aceptables) y en la capacidad para resolver problemas sencillos con números. (Lea también: ‘Se necesitan estímulos para que sea más atractivo ser profesor’). «Los datos no son una sorpresa. De los desempeños mostrados en las pruebas del 2009 por estudiantes de 43 carreras y programas, en el área de comprensión lectora, siete especialidades docentes clasificaron en los últimos diez lugares», dice Hugo Ñopo, investigador del Banco Interamericano de Desarrollo. Un panel de expertos en el tema, convocado por EL TIEMPO, concluyó que estos bajos desempeños obedecen a múltiples causas, ligadas, incluso, al perfil general de los docentes y estudiantes de licenciatura y pedagogía. En Colombia los jóvenes que optan por la carrera docente no son, a juicio de los investigadores, los de mejores desempeños académicos. Los más «talentosos», sostienen, optan por carreras que exigen puntajes más altos, son de mayor prestigio y pueden ser más lucrativas. Ñopo advierte, por ejemplo, que en comparación con técnicos o egresados de otras carreras, los maestros están subpagados: «Un profesional con experiencia devenga, en promedio, 80 por ciento más que un recién egresado de su carrera. Eso no pasa con los docentes. Su progresión salarial, durante la vida laboral, es mínima» (vea gráfico ‘Los maestros de los colegios oficiales, en cifras’).

 

Preocupan desempeños

 

Aunque Colombia es un país acostumbrado a los bajos resultados en educación, hay una creciente preocupación por lo que ocurre con los futuros docentes, no solo porque su papel es vital en el éxito o el fracaso escolar de sus estudiantes, también porque el cumplimiento de las más ambiciosas metas educativas del país depende en buena medida de su labor. De acuerdo con el plan Educación de calidad, el camino para la prosperidad, que establece los objetivos que se deben cumplir en esta materia para el 2014, el 25 por ciento de los niños de quinto de primaria del sector oficial deben haber mejorado su desempeño en las Pruebas Saber, que miden competencias en lenguaje, matemáticas y ciencias. Además se busca que para ese año, uno de cada cuatro nuevos bachilleres esté en capacidad de comprender y expresarse en inglés, algo que hoy no ocurre. Según el estudio ‘El bilingüismo en los bachilleres colombianos (2012)’, del Banco de la República, menos del 2 por ciento supera el nivel preintermedio. Para investigadores como Julián de Zubiría, es utópico pensar en el cumplimiento de metas como la del bilingüismo en tan corto tiempo, no solo por la regular calidad de los futuros docentes, también por las condiciones actuales del profesorado. La ministra de Educación, María Fernanda Campo, ha manifestado su preocupación por los bajos resultados mostrados por los maestros: «En la última evaluación para escalafonar a los docentes, solo el 18 por ciento de los evaluados alcanzaron niveles aceptables de desempeño», dijo la Ministra durante la presentación de dichas pruebas. Docentes necesitan mayores estímulos Cerca de 200 mil maestros protestaron ayer por la falta de recursos para el sector, la intervención de los privados en el manejo de la educación pública y el incumplimiento de acuerdos por parte del Gobierno, entre estos el incremento salarial del 5 por ciento. Estos problemas, según Senén Niño, presidente de la Fecode, se suman a las duras condiciones laborales de los docentes. Afirma que trabajan con cursos de 45 niños, bajo amenazas en zonas de conflicto y con pocos estímulos salariales. «Los nuevos educadores enfrentan inestabilidad laboral y faltan ascensos en el escalafón. No hay estímulos reales para quienes laboran en zonas apartadas», dice. Desmiente que el gremio solo se haya dedicado a reivindicar derechos laborales y salariales, como dicen los críticos, y afirma que para mejorar la calidad se requieren docentes con reconocimiento social, bien pagados y con un escalafón que estimule el estudio. ‘Sí ha habido renovación curricular en las facultades’ Carlos Arturo Sandoval, presidente nacional de la Asociación Colombiana de Facultades de Educación (Ascofade), responde a las críticas sobre la formación docente.

 

¿Están desactualizados los currículos de sus facultades?

 

La mayor parte de facultades afiliadas a Ascofade han hecho un trabajo de renovación curricular importante; la ley nos ha exigido la actualización de currículos en número de créditos y de propuestas de titulación. No es válido decir que los currículos están anquilosados. Además, se han creado programas de formación avanzada en doctorado, que se traducen en una alternativa de mejoramiento de las cosas que se hacen. Los resultados de las pruebas Saber Pro son preocupantes… Suelen sacarse juicios de valor a partir de un agregado de datos del conjunto de facultades, sin distinguir entre acreditadas y no acreditadas… A las acreditadas nos va bien.

 

¿Cuál es el perfil de los docentes que se forman?

 

Tenemos un vacío grande en la procedencia de muchos de los maestros, lo que hace que su propia condición socioeconómica la tengamos que sufrir con procesos de formación más profundos. La mayoría de quienes acceden a la carrera docente vienen de sectores medios y bajos.

 

¿Cuáles son las fortalezas de los licenciados?

 

A diferencia de un profesional que no ha sido formado para ser docente, el licenciado tiene elementos técnicos, conceptuales, metodológicos y prácticos para adecuar la enseñanza a las características de los niños y a su contexto.

 

¿Y las facultades?

 

Hay que hacer revisión de escuelas El panel de expertos consultados concluyó que es urgente hacer una revisión profunda de las facultades que forman a los maestros, muchas de las cuales, dicen, enseñan igual que hace 20 años. Juan C. Orozco, rector de la Universidad Pedagógica, no solo reconoce debilidades en este campo que hay que corregir; también, que hay problemas con la valoración social de la profesión y el reconocimiento salarial, lo cual no disuade a los jóvenes de optar por la docencia. «Nos llegan aspirantes de estratos bajos, con deficiencias en términos de capital cultural y simbólico, lectoescritura y pensamiento crítico, con los que hay que hacer esfuerzos adicionales de formación». Panel de expertos e investigadores: Julián de Zubiría, impulsor del Movimiento Pedagógico por la Calidad de la Educación; Hugo Ñopo, investigador del BID; Alfredo Sarmiento, economista e investigador; Francisco Cajiao, subsecretario de Educación de Bogotá; Gabriel Torres, investigador y experto en educación, y Gabriel Restrepo, investigador de la Universidad Nacional.

 

ANDREA LINARES GÓMEZ

 

SONIA PERILLA SANTAMARÍA

 

REDACCIÓN VIDA DE HOY

 

Fuente: eltiempo.com

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