Desempleo: baja la tasa pero siguen los problemas
Las buenas noticias
El comportamiento de la economía ha sido especialmente bueno durante el último año: tenemos una de las mayores tasas de inversión extranjera entre las economías emergentes; pese a la revaluación del peso, las exportaciones siguen creciendo a tasas elevadas (superiores al 40 por ciento en 2011), y el crecimiento del PIB se ha venido acelerando desde 2009, y en 2011 llegó a su nivel más alto (cercano al 6 por ciento)
Todos estos factores han tenido un efecto importante en el mercado laboral: entre diciembre de 2010 y el mismo mes de 2011 el empleo total creció a una tasa de 6,3 por ciento (se crearon aproximadamente un millón doscientos mil puestos de trabajo).
La agricultura y el comercio generaron aproximadamente la mitad de los nuevos empleos. |
La agricultura y el comercio generaron aproximadamente la mitad de los nuevos empleos. La industria ocupó el tercer lugar, con algo más de 175.000 plazas nuevas en el último año, lo cual constituye una buena noticia por sus efectos multiplicadores y entrelazamientos con otros sectores de la economía.
Como resultado de lo anterior, por primera vez en más de 15 años, la tasa nacional de desempleo cayó debajo del 10 por ciento durante tres meses consecutivos. El gráfico siguiente compara las tasas de desempleo para los años 2010 y 2011 y muestra cómo éstas han disminuido:
Los nubarrones
A pesar de las noticias positivas, la situación del mercado laboral muestra algunos aspectos preocupantes. Esperaría uno que el buen momento que vive nuestra economía sea el clima propicio para analizar y empezar a resolver estos problemas. Me refiero en especial a tres asuntos:
1. A pesar del progreso registrado, las tasas de desempleo son muy altas
Colombia tiene una de las tasas de desempleo más altas del continente, como lo muestra el Cuadro 1 (aun cuando las comparamos con los niveles históricos más bajos, de 9,8 por ciento en diciembre pasado). La tasa de desempleo colombiana siempre ha sido superior a la de todos los países observados, excepto cuando alguno de ellos ha tenido crisis excepcionales, como el caso de Uruguay y Argentina en 2003. Esto significa que nuestro nivel de desempleo es estructuralmente alto y que es necesario comenzar a diseñar y ejecutar políticas para reducirlo.
Las razones por las cuales nuestro desempleo estructural es tan alto no han sido investigadas, pero posiblemente tienen que ver con distorsiones en el mercado laboral y con la falta de instituciones adecuadas, como decir un buen sistema de intermediación de empleo o de apoyo a los procesos de búsqueda de trabajo.
2. La calidad del empleo generado no es tan buena
En general se piensa que el empleo asalariado es de buena calidad porque se encuentra protegido por el Código Laboral, mientras otro tipo de trabajos, como el servicio doméstico, el de familiares sin remuneración y parte del de trabajadores por cuenta propia son empleos de baja calidad porque la ley no se aplica o porque no están sujetos a las provisiones legales que protegen al trabajador.
El Ministro de Trabajo, Rafael Pardo, se ha comprometido a reducir las tasas de informalidad del mercado laboral. |
Según la información del DANE que resume el cuadro 2, el empleo asalariado creció menos (4,2 por ciento entre 2010 y 2011) que el promedio, mientras que el de trabajadores sin remuneración fue el de mayor aumento (más de 33 por ciento en el último año).
Del total de empleos creados entre el último trimestre de 2010 y el de 2011, yo he estimado que aproximadamente un 23,8 por ciento fueron nuevos asalariados, mientras que más del 27 por ciento fue de trabajadores sin remuneración, que definitivamente es empleo de mala calidad.
Los trabajadores por cuenta propia representan el 41 por ciento de los nuevos empleos. Estos no son fáciles de clasificar porque incluyen una diversidad de situaciones, que van desde personas que están en el llamado rebusque hasta contratistas de alto nivel. Posiblemente una proporción importante de estos empleos son los llamados trabajadores por prestación de servicio, un tipo de empleo muy popular en el gobierno y que el Ministro del Trabajo quiere poner bajo control.
3. La informalidad sigue siendo alta y no da muestras de disminuir
Otra preocupación es el alto grado de informalidad laboral que caracteriza a la economía colombiana, y que llega a superar el 50 por ciento en las áreas metropolitanas.
La información disponible en la página web del DANE se refiere sólo a tales áreas metropolitanas, y es la que uso a continuación. Dentro de las muchas mediciones de informalidad, las dos más usadas son: la definición de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) basada en el tamaño de las empresas, y la que se construye a partir de las contribuciones a seguridad social (los ocupados que no contribuyen son informales). Según la primera definición, la informalidad en el último trimestre del 2011 estaba alrededor del 51%, por ciento mientras que según la segunda la informalidad era de 58,4 por ciento.
Mis propios cálculos indican que -dependiendo de la definición que se use – entre el 40 y el 60 por ciento de los puestos de trabajo nuevos en las áreas metropolitanas fueron empleos informales. En general, las tendencias de los últimos años indican que la informalidad no ha disminuido de manera significativa.
Conclusión
El mensaje que queda es que en efecto, se observa una mejoría en los indicadores agregados del mercado laboral, especialmente la caída de la tasa de desempleo a los niveles históricos más bajos que conozcamos.
Sin embargo quedan muchos puntos inquietantes y que requieren de atención, tanto por parte del gobierno como de los investigadores del mercado laboral. Colombia, a pesar del progreso observado, tiene niveles de desempleo estructural muy altos, y la calidad del empleo y la informalidad no parecen haber mejorado a pesar del dinamismo económico.
La “teoría del goteo” (según la cual el crecimiento económico acaba resolviendo los problemas sociales por sí solo) no parece estar funcionando. Posiblemente es necesario desarrollar estrategias de política laboral encaminada a solucionar los problemas más críticos.
* Consultor y profesor universitario.
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