EEUU: deterioro de la libertad informativa
durante unos días fue invitado a algunos programas de televisión en Estados Unidos para contar su experiencia. Clara Ibarra, su compañera en el canal radiotelevisivo Democracy Now, nos cuenta cómo vivieron esos días en la redacción. «A través de él pudimos ver la represión que se estaba viviendo en las calles. Hubo momentos en los que salió en el show y tuvimos que exponer las agresiones que sufrió por parte de la policía», explica. Ibarra apunta sin embargo que para los medios generales quizá ha habido un aumento de la represión, pero en Democracy Now ellos llevan experimentándola desde hace varios años. «Ya en la convención republicana de 2008, cuando Amy Goodman y otros dos reporteros fueron arrestados por estar cubriendo las protestas. Nicole Salazar grabó su propio arresto, que se hizo de manera bastante violenta. La policía de Minneapolis tuvo que indemnizar a Democracy Now», recuerda. Para Hilda García, directora de contenidos de Impremedia, la empresa que edita El Diario, el periódico en español más antiguo de Estados Unidos, lo interesante del movimiento Occupy Wall Street es que, más allá de cuestionar el modelo económico y hablar de las desigualdades sociales, puso en tela de juicio a los medios de comunicación, que siempre habían sido un referente mundial de calidad y rigor. «Ni el New York Times ni el Washington Post, que serían los ejemplos de libertad de expresión o que publican situaciones que ocurren en otros países donde hay movimientos libertarios, manifestaciones o protestas, no lo estaban cubriendo. Un Murdoch pertenece al 1 por ciento (en contraposición al 99% de Occuppy,red.). Es muy difícil que el status quo permitiese que se cubriera esa información. Sería como un gol en contra», comenta García.
Medios latinos, al margen
La prensa latina en este país va por un cauce diferente. Ellos se centran en la comunidad hispana. Es una prensa más activista, menos descriptiva. La Opinión de Los Ángeles ha acompañado al movimiento migratorio en los últimos 80 años. El Diario, de Nueva York, es el más antiguo en español- el año pasado cumplirá un siglo. Lo resume Hilda García: «La verdad es que actuamos con total libertad y yo creo que los que estamos aquí lo valoramos mucho más porque venimos de países de América Latina, donde no siempre se puede ejercer el periodismo o donde hubo represión hacia periodistas. En cuanto al ángulo, la audiencia hispana es totalmente diferente a las demás, tanto en este país como en otros. Es una audiencia aspiracional, optimista, que quiere aprender a vivir en las ciudades a las que llega. Nosotros somos como sus aliados». Volviendo entonces a la prensa estadounidense en inglés. ¿En qué momento empezó a degradarse la libertad informativa? Según García, la censura viene de mucho tiempo atrás. En 2001, tras los atentados de las Torres Gemelas, la prensa se vio coartada, se autocensuró y se hizo victimista. «Era una prensa que se calló sobre muchas cosas. Incluso el actor y productor Bill Maher, en su programa afirmó que este atentado había sido hecho por una mente maestra. Lo dijo en el programa abiertamente, que quien lo hizo fue una mente brillante, más allá del suceso. Lo fuerte es que le quitaron el programa después de eso».
La precariedad como amenaza
También existen ataques no violentos a los medios. El más fuerte: la crisis. «Las tres industrias que financiaban al periodismo a través de los anuncios son bienes raíces, automotrices y la banca. Y son los tres sectores que prácticamente se vinieron al hoyo en la economía en la crisis del 2007. Cuando esto ocurre, tienes menos coberturas en el extranjero y aquí, menos investigaciones, menos periodistas preparados, peor pagados, se quitan páginas, se eliminan secciones… y todo esto influye en cómo se ve al periodista hoy en día», afirma García. Lo que puede equilibrar esa decadencia de los medios tradicionales y la concentración es Internet. Gracias a las redes sociales, uno puede seguir a los reporteros en vivo, directamente, sin intermediarios. Aunque se elimina el contexto y, en ocasiones, el rigor. Se está viendo estos meses con la campaña electoral. «Es bastante interesante ver cómo todas esas discusiones que están circulando en las redes sociales de alguna manera se ven catalizadas en posiciones políticas mucho más específicas, como puede ser el Discurso de la Unión de Barack Obama, que es básicamente su primer discurso de campaña electoral», explica Clara Ibarra. Por último, les pedimos a ambas periodistas que califiquen del 1 al 10 la libertad de la información. «Hay mucha diversidad en los Estados Unidos, y por eso le pondría un 6-7. Hay espacios desde donde se pueden narrar las cosas haciendo eco de las voces de la gente que está participando. Pero también hay mucha concentración de los medios de comunicación», subraya Ibarra. «Yo creo que pondría un seis porque es cierto que hacen otras coberturas y se exponen otras cosas, pero me llama la atención que cuestionar el sistema no va. Es decir, pueden hablar de corrupción y de lo que ocurre en otras partes, por ejemplo de México, donde cosas que pasan llegan por la prensa extranjera y no por la local. Pero cuando se trata del cuestionamiento al sistema como tal, me llama la atención que no se cubre», concluye Hilda García.
Fuente: http://www.rnw.nl/espanol/article/eeuu-deterioro-de-la-libertad-informativa
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