Industria holandesa, campeona en desarrollo sostenible
“Esto es inesperado; que justamente el mundo empresarial, que justamente las industrias se dispongan a tirar el carro de la producción sostenible.” El que habla es Lucas Reijnders, el gran patriarca del movimiento medioambiental y, durante décadas, el tábano en la piel de la industria holandesa. Reijnders está satisfecho con el fenómeno que se está produciendo actualmente. Contra todas las expectativas, las empresas en Holanda se hacen cada vez más sostenibles. Gran industria Y ya no estamos hablando en absoluto de una pequeña empresa que instala paneles de luz solar, que construye un molino o que pone un reactor de biogás el lado de su granja. Según Louise Fresco, profesora de desarrollo sostenible en la Universidad de Ámsterdam, se trata precisamente de la gran industria, a la que tradicionalmente no se le relaciona directamente con el desarrollo sostenible como la holandesa BAM y la filial en Holanda de la norteamericana Dow Chemical. Fresco: “Holanda está actuando sorprendentemente bien, diría yo. Esto sucede porque tenemos una gran cantidad de grandes multinacionales basadas en el país pero que, en realidad, operan internacionalmente, y a las que les va muy bien en su sector. Tenemos el Índice de Sostenibilidad Dow Jones, un índice anual acerca de cómo están funcionando las empresas. En cuatro o cinco categorías, las empresas holandesas ocupan el primero o el segundo puesto.”
Política errática
El camino ecológico que toma la vida empresarial se produce más “a pesar de” que “gracias a” la actuación del gobierno holandés, dice Teun Bokhoven, representante de todas las empresas involucradas en el desarrollo sostenible. La política errática de las autoridades en realidad ha entorpecido la integración de la energía sostenible, dice Borkhoven. Las burocráticas y mezquinas regulaciones para la energía sostenible han hecho más daño que otra cosa. Un ejemplo es el explosivo aumento del número de paneles solares instalados justamente después de que se cortaran los subsidios. Las leyes normales de oferta, demanda y competencia pudieron cumplir con su papel y el precio de los paneles se redujo en un 40 por ciento. Al final ya no daban abasto.
No es idealismo
Bokhoven tiene perfectamente claro que todas las empresas que se abalanzan con toda su fuerza al ahorro de energía, energía verde y muchas otras cosas, no lo hace solamente por idealismo: “Es un negocio, seamos sinceros. Se trata de ganar dinero y eso es lo que se consigue. Se ve además que esto seguirá creciendo paulatinamente, ya que a pesar del hecho de existir una recesión, los precios de la energía siguen aumentando. De modo que cada vez resulta más lógico invertir en ahorrar en energía sostenible.”
Subsidio obsoleto
La profesora Fresco cree también que la idea de subsidiar la sostenibilidad está obsoleta, y piensa que allí también la industria debe tomar la iniciativa. “Las empresas lo hacen sin ningún subsidio, y yo también estoy convencido que la sostenibilidad debe poder llevarse adelante de esa forma. Lo que quiere decir que el dinero de los subsidios mejor se podría invertir en la investigación de innovaciones. Si en lugar de subsidiar un lugar para molinos de viento uno ser preocupa de buscar molinos más económicos, quizás de menores dimensiones, el negocio funcionará mucho mejor.” La pregunta es: ¿Debe la política retirarse completamente de la política de sostenibilidad? No, opina Teun Bokhoven: “Desgraciadamente nuestro suministro de energía, así como nuestras redes viales o nuestra educación no pueden funcionar sin un control de las autoridades.” Él espera que el gobierno cambie de opinión respecto a la creación de energía a través de grandes centrales de carbón, porque a eso es lo que se puede llamar claramente “dar un mal ejemplo”.
FUENTE: http://www.rnw.nl/espanol/article/industria-holandesa-campeona-en-desarrollo-sostenible
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