Los tres efectos más relevantes de la muerte de ‘Alfonso Cano’
Si bien la caída de ‘Jojoy’ fue presentada como el principal trofeo de guerra, por el odio que desató este sanguinario líder guerrillero con sus secuestros, cilindros bombas y otras atrocidades, la muerte de ‘Cano’ será mucho más significativa. Primero, es un golpe a la cabeza de la organización. Durante muchos años, el Estado se esforzó en dar de baja a ‘Manuel Marulanda’, el máximo comandante de la organización, pero el inspirador de este grupo guerrillero murió de viejo en la selva. Es la primera vez en estos 47 años de guerra contra las Farc que en un parte de guerra de las Fuerzas Militares incluye al jefe del secretariado. Antes, como en una especie de juego de naipes, habían caído otros integrantes de la cúpula subversiva, como ‘Raúl Reyes’, ‘Iván Ríos’ y el mencionado ‘Cano’. Segundo, la caída del máximo comandante de las Farc se presenta a tan solo tres años de que esa organización terrorista cumpla sus 50 años de existencia, una fecha que podrían utilizar para decirle al Estado que, pese a la ofensiva oficial de cinco décadas, seguían levantados en armas. Por: REDACCIÓN ELTIEMPO.COM Ahora, el balance con respecto a esa fecha parece más favorable al Estado. El Gobierno de Juan Manuel Santos podrá salir a decir en el 2014 que las Farc llegan a sus 50 años más diezmadas y con menos líderes entre sus tropas. La ecuación, por lo visto este viernes, ha cambiado totalmente. Un tercer efecto es que las Farc podrían entrar en lo que lo que analistas del conflicto, como León Valencia, y estudiosos en resolución de conflictos, como Pedro Miguel Vargas, consideran la ‘bandolerización’ de esa guerrilla. ‘Cano’ representó para esta guerrilla un tránsito del grupo subversivo rural o una guerrilla con componentes ideológicos, que fueron aportados por estudiantes universitarios que se fueron al monte a levantar las armas contra el Estado. Desde entonces, se crearon esas dos líneas en sus filas: la guerrerista y la política. Al desaparecer Guillermo León Sáenz, el verdadero nombre de ‘Cano’, las facciones proclives a desarrollar una acción de guerra dura se podrán imponer en la organización. Los nuevos líderes del grupo: Iván Márquez, Joaquín Gómez y Timoleón Jiménez quedarán cada vez con menos espacio ante una organización que cada vez es más presa de mandos medios que le apuestan a la guerrilla como una industria del crimen, como modelo de negocio. En este escenario, para el Gobierno y la guerrilla será cada vez más difícil volver a una mesa de negociación, lo que hace prever que en el futuro otros cabecillas seguirán cayendo y más después de que este viernes se acabó el mito de que el máximo comandante de las Farc era intocable.
JOSÉ ANTONIO SÁNCHEZ Subeditor ELTIEMPO.COM
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