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Conozca los cinco ejes para enfrentar con éxito el TLC con Estados Unidos

 

1. Infraestructura

Si mañana entrara en vigencia el TLC con Estados Unidos, Colombia estaría en aprietos, ya que su infraestructura presenta un atraso de más de 20 años.

El rezago vial es evidente. El país tiene sólo el 15% de sus carreteras pavimentadas, es decir, menos de 25.000 kilómetros. En dobles calzadas hay 1.000 kilómetros y se necesitan 3.000 para competir, tal como lo tienen países como Chile que tiene cerca de 30 tratados comerciales.

Allí la doble calzada de acceso a Buenaventura juega un papel clave, pero sus obras están atrasadas más de tres años, a pesar de una inversión proyectada de $682.000 millones y la entrega de la vía en el 2014. Los tramos I y V tienen avances de 24% y 30%, y los II y III del 90% cuando faltan unos 13 meses para que el TLC entre a regir.

”Esta es una situación grave que amerita un plan de choque para que nos tome la noche cuando por Buenaventura comience a duplicarse las exportaciones e importaciones”, dice Juan Martín Caicedo Ferrer, presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura.

En ferrocarriles la realidad es más pobre: la red no pasa de 300 kilómetros, la mayoría en regular o mal estado. Urge la conexión férrea entre el centro del país y las costas Atlántica y Pacífica. La navegación fluvial es inexistente.

Y en puertos, los cinco de la Costa Atlántica requieren más modernización y grúas pórtico. La bahía de Buenaventura necesita un dragado a 13 metros y más muelles especializados.

“Es una realidad que da pena. Pero aquí se requiere de más gestión del gobierno para sacar adelante los proyectos”, dice Caicedo Ferrer.

Proyectos como las autopistas de la montaña y la Ruta del Sol deberán terminarse antes del año 2017.

2. Educación y tecnología

Hoy menos de un millón de colombianos habla dos idiomas, entre ellos el inglés. Eso es apenas un 2,6% de la población. Lo ideal a mediano plazo es llegar a cuatro millones para reforzar los servicios de los ‘Call Centers’. En Cali los bilingües apenas son 150.000.

“Hablar un segundo idioma es clave para hacer negocios con el extranjero, y ahora cobra más importancia en el TLC con EE.UU.”, dice Julio César Alonso, director del Centro de Investigaciones Económicas y Finanzas de la Universidad Icesi.

Para ello es necesario que el Gobierno decrete como obligatorio el bilingüismo en colegios y universidades.

El Sena ha prometido formar unos 500.000 tecnólogos en todas las áreas hacia el 2014 para vincularlos al sector productivo. El 10% de los recursos de las regalías que irán a ciencia y tecnología ayudarían a reducir el atraso científico.

Sólo el Sena, según su director, Camilo Bernal, proyecta invertir $40.000 millones para ese cometido en alianza con Colciencias.

Asimismo, son indispensables convenios entre universidades colombianas y de EE.UU. para apoyar el posicionamiento de productos y servicios en ese país, pero con asesoría profesional.

“Un operario o profesional bilingüe tiene mayores posibilidades de un mejor salario y vinculación a sectores de clase mundial, que otro que no hable una segunda lengua”, recalca Alonso.

El dominio de lenguas extranjeras se ha convertido en una herramienta esencial para hacer frente a los desafíos y oportunidades que ofrece el mundo globalizado, y para innovar en el tipo de bienes y servicios que puede ofrecer una región.

3. Tecnificar el agro

Las agroindustrias azucarera, cafetera y palmicultora —sin desconocer los grandes avances en floricultura, banano y arroz— son las más preparadas tecnológicamente para enfrentar la dura competencia que se avecina con el TLC.

La cadena láctea cuenta con grandes empresas (Alpina, Alival, Colanta, etc), lo mismo que la de procesamiento de carnes frías.

El resto de los sectores, entre ellos el hortifrutícola, no cuenta con suficiente nivel tecnológico, por lo que los esfuerzos podrían concentrarse en este campo para impulsarlo como un fuerte renglón exportador hacia el mercado de los EE.UU.

“El TLC es la mejor oportunidad para que el Valle del Cauca no dependa sólo de azúcar y café, (que son el 90% del PIB agrícola regional), sino que se debe mirar la hortifrutícultura como una opción. Hoy el área de siembras no supera las 34.000 hectáreas, y ésta puede aumentar con el TLC”, recalca Alberto Hadad, presidente de la Sociedad de Agricultores y Ganaderos del Valle, SAG.

A frutas y a su industrialización podría destinarse parte de las 52.000 hectáreas de laderas, pero se requiere de tecnologías y mecanización.

“El Valle tiene el Ciat y la Universidad Nacional para elevar ese nivel tecnológico”, anota Hadad.

La SAG tiene previsto invertir $1.000 millones entre 320 familias en asistencia técnica, semillas y créditos para siembras de frutas y hortalizas.

4. Mejor gobierno

El fortalecimiento institucional y de los gobiernos locales y departamentales, constituye un eje clave para atraer la inversión no sólo nacional sino desde los EE.UU..

De ello depende en gran medida la competitividad de los entes territoriales y su agenda de proyectos de desarrollo.

En concepto del analista Mauricio Cabrera, “Colombia ha mejorado su prestigio internacional en los últimos dos años, pero regionalmente —como en el caso del Valle— le faltan cosas como una mejor infraestructura y una mejor administración pública”.

Consideró que el manejo de las regalías en proyectos de desarrollo es fundamental para internacionalizar al Valle de cara al TLC. “Sí existe una correlación directa y clara entre los gobernantes y la administración que tenga una región y la decisión que tomen los inversionistas”,

anotó.

Este año el departamento del Valle recobró su viabilidad financiera al reorganizar sus finanzas y atajar un déficit fiscal, que rebajó de $80.000 millones y que para el año 2012 será de apenas $15.000 millones.

En estas condiciones, el departamento es ahora un departamento más atractivo para los inversionistas, pues así lo certificó la agencia calificadora Fitch Ratings.

5. Logística y mercadeo

Es prioritario impulsar la cadena logística en Colombia y el Valle a través de nuevas inversiones. Se estima que no hay más de 100 centros logísticos formales ubicados en su mayoría en las instalaciones de las zonas francas.

Las plataformas logísticas son fundamentales en el manejo, almacenamiento y distribución de mercaderías.

Dentro de este ramo, urge impulsar dos de los más importantes proyectos logísticos de la región: la Zona Franca de Cartago y el Puerto Seco de Buga. Este último operaría como un centro de despacho de camiones y carga para descongestionar al puerto de Buenaventura. Costaría $30.000 millones.

“La logística debe complementarse con nuevas estrategias de mercadeo para identificar las nuevas tendencias de productos de consumo de los EE.UU.”, dice el analista Julio Escobar.

 

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