Arranca adecuación hidráulica del río Bogotá
La adecuación, propuesta por la Corporación Autónoma Regional (CAR), significa en la práctica la ampliación de la sección del río en 60 metros y la remoción de grandes cantidades de sedimentos y residuos. De esta manera se permitiría que las aguas lleguen más rápido hacia la cuenca baja y posteriormente a la desembocadura en el río Magdalena.
Sergio Piñeros, subdirector de la CAR, explica que a través de este proyecto se busca no sólo generar mayor capacidad hidráulica y mejorar la calidad ambiental de la fuente hídrica, sino además que los bogotanos empiecen a resignificar al río. Según lo planeado por la entidad, serían 30 metros para ampliar el cauce, 15 más para el jarillón y los 15 restantes se destinarían para la creación de un parque lineal con especies nativas que permitan mayor fauna, zonas de recreación pasiva, ciclorrutas y miradores.
Además, según Aníbal Acosta, director del proyecto, se reintegrarán 65 hectáreas de meandros, humedales y zonas bajas inundables, para convertirlas en espacios reguladores de crecientes en épocas invernales como el meandro del Say (ver gráfico). La adecuación, dividida en cuatro tramos, se haría en la cuenca media del río, a través de 68 kilómetros, que comprenden todo su recorrido por Bogotá, donde recibe los mayores niveles de contaminación, desde el sector de Alicachín, en Soacha, hasta el Puente de la Virgen, en Cota. Así se beneficiará además la cuenca alta y en futuras épocas invernales no se verán afectados municipios como Chía y Cajicá.
Piñeros asegura que este plan no es una medida de emergencia frente a los estragos del invierno. Afirma que se trata de una de las grandes líneas del megaproyecto de recuperación del río Bogotá, concebido a través del convenio 171 de 2007, bajo la dirección de la CAR y con el apoyo de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá y la Secretaría de Ambiente. El megaproyecto contempla además el manejo de vertimentos, la optimización de la PTAR Salitre y la construcción de la de Canoas, en Soacha.
La adecuación tiene un costo de 140 millones de dólares y ya cuenta con recursos de la CAR y del Banco Mundial. En este momento se está haciendo la compra de predios, pero podría tardar varios meses, debido a que sólo en el primer tramo son 38 predios y apenas se han podido adquirir cuatro.
La ejecución tardaría como mínimo dos años y la adecuación estaría lista en 2015. Aníbal Acosta promete que en 2019 el río tendrá las condiciones para uso agropecuario y hasta se atreve a asegurar que tendrá posibilidades de navegación y en algunas zonas sus aguas podrán ser consumidas. Resta esperar que esta vez el proyecto no se sume a la lista de promesas inconclusas y que de una vez por todas las autoridades empiecen a hacerle frente a la recuperación del río Bogotá.
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