Niños de la comuna 13 de Medellín van al colegio escoltados por policías para su seguridad
Eso le pasa a David, quien tiene 11 años y cursa cuarto de primaria. Él dejó de asistir a la escuela tres meses a principios de año, y hace unas semanas regresó, pero siempre va con Marta, Paola y sus compañeros de colegio.
Uno de sus hermanos hace parte del ‘combo’ del barrio Juan XXIII y, por eso, un día de abril cuando iba caminando hacia la escuela tres muchachos del ‘combo’ rival de La Quiebra lo detuvieron.
"Me dijeron que si volvía a pasar hacia ese barrio, me mataban", cuenta. El papel que tiene en sus manos es una nota que le envío su mamá a una profesora de la escuela, para excusarse porque no podía asistir a una reunión con ella. "Profesora, yo no puedo ir a la reunión porque los del otro lado (La Quiebra) nos dijeron que si nos volvían a ver por allá, me mataban", decía el mensaje.
Camino a la escuela
Es la 1:50 p.m. y tres jóvenes, que aparentan no tener más de 20 años, se ubican al lado de la estación de Metrocable y miran hacia el barrio vecino. Según un habitante del sector, los tres son del combo de Juan XXIII y vigilan que sus rivales no anden cerca. Sandra reúne a los niños, les dice que se pongan de pie y emprenden el camino.
Daniela*, compañera de David, cuenta mientras cruza la calle que marca la ‘frontera’ entre los dos barrios que nunca la ha cogido una balacera en el camino a la escuela.
En la zona, el pasado mes, ocurrieron tres batallas a tiros a plena luz del día y también se han presentado revueltas, con palos y cuchillos, promovidas por los combos.
"Pero, una vez, cuando iba llegando a la casa, apenas abrimos la puerta, empezaron a darse plomo. Mi mamá me recibió y nos metimos todas en un cuarto, para que no nos pasara nada", dice la niña.
Sandra agrega que si sucede una balacera tienen la instrucción de lanzar a todos los niños al piso. Y otro de sus compañeros dice que lo mejor es meterlos a la primera casa que se encuentre abierta.
Un líder comunitario contó que el ‘combo’ de La Quiebra "respeta" al grupo que lideran Sandra y Paola, y que no se meterán con ninguno de los niños que van con ellas.
Por eso, Sandra dice que David es "del que más estamos pendiente de que nunca se nos quede atrás, al que más cuidamos en el camino".
El grupo pasa por una calle destapada. Los niños se arrinconan cada vez que un bus baja por las empinadas vías y siguen su rumbo, sin detenerse, rodeando a Sandra y a Paola. Las abrazan, se les cuelgan del cuello y pelean por ir agarrados de sus manos.
Cuando por fin llegan a la escuela las dos mujeres se aseguran, entre el caos que forman cientos de niños que corren hacia el edificio rojo de tres pisos, de que todos los menores que trajeron entren a la escuela. Sandra dice que deben revisar que ninguno se quede afuera y luego volverán para recoger a los niños y llevarlos de regreso, sanos y salvos, al barrio Juan XXIII, antes de que caiga la noche.
Hay 7 rutas para ir al colegio
Juan de Dios Graciano, funcionario de la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía de Medellín, explica que en este momento existen 7 rutas de ‘comunidades protectoras’ en la comuna 13 de Medellín. Cada una es conducida por funcionarios de la Oficina de Espacio Público de la Alcaldía y acompañada por la Policía Comunitaria.
Según Graciano, la idea es que, con el tiempo, los padres y vecinos de los menores se vinculen más a la iniciativa.
ALBERTO MARIO SUÁREZ CORRESPONSAL DE EL TIEMPO MEDELLÍN
*Los nombres de los menores fueron cambiado
Eltiempo.com
No Comments