Uribe hereda seguridad y diplomacia fracturada
Álvaro Uribe dejará el Gobierno el próximo sábado, tras ocho años en los que logró dar a los colombianos una relativa seguridad y confianza en el Estado, pero con las relaciones diplomáticas rotas con varios países vecinos.
Con una popularidad del 75 por ciento, Uribe consiguió que la economía colombiana creciera a una tasa promedio del 5 por ciento en los últimos años y que la inversión extranjera fuera en el 2009 la más alta de América Latina —25.8 por ciento del PIB—, una bonanza que se usó para financiar la “guerra” contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC), indicó la analista política Arlene Beth Tickner, de la Universidad de los Andes.
Pero desconoció“otros aspectos importantes, como el bienestar y la seguridad individual”, y eso se traduce en que casi 20 millones de colombianos —el 45.5 por ciento de la población— eran pobres en el 2009, según cifras oficiales.
Otra realidad es que la política bautizada como de Seguridad Democrática, el emblema de Uribe, es alabada dentro y fuera de ese país porque permitió que la guerrilla de las FARC sea hoy más débil que nunca.
El director de la Fundación Seguridad y Democracia, Alfredo Rangel, declaró que las FARC pasaron de 18 mil a seis mil combatientes, mientras que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se redujo a una quinta parte, hasta los 500 efectivos.
Sin embargo, alertó que las FARC “mantienen una actividad muy grande” y están regresando a “zonas que se creían libres”, lo que ha dejado fuera de combate en lo que va de este año a unos 800 militares, entre muertos y heridos.
Fracaso diplomático
Por otro lado, la política internacional de Uribe ha sido “nefasta”, según Tickner, para quien se ha “abusado de los cargos diplomáticos para pagar favores” y, como reflejo de la doctrina de la Seguridad Democrática, la diplomacia se manejó más desde el Ministerio de Defensa que desde la Cancillería.
Washington fue su gran aliado, y, pese a ello, sigue sin ratificarse en el Congreso estadounidense el TLC bilateral firmado en el 2006.
Aunque hay un proceso de acercamiento en marcha, Uribe no ha logrado recomponer los lazos con Ecuador, rotos desde el bombardeo militar colombiano de marzo del 2008 a un campamento de las FARC ubicado en ese país.
En cuanto a Venezuela, Uribe deja en pleno apogeo la crisis bilateral más grave de la historia reciente, que estalló por sus denuncias de que ese país da refugio a guerrilleros de las FARC y el ELN, lo que llevó a que el presidente Hugo Chávez rompiera relaciones con Colombia el 22 de julio último.
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