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A reconocer la vivienda informal; Decreto 1469 plantea estrategias para respaldar estos desarrollos

Por todo esto, y como un propósito fundamental de la política que se desprende del reconocimiento de la vivienda no formal, que representa más de 50 por ciento de las áreas urbanas construidas, se deben implementar normas para mitigar los riesgos que surgen de esta producción.

De paso, tendremos que acercar la oferta institucional con el fin de crear mecanismos de gestión y trabajar, de esta forma, con la población y las entidades territoriales para contrarrestar los riesgos asociados a la vulnerabilidad de los hogares, por las deficiencias en saneamiento básico que afectan la salud.

Estas amenazas están asociadas al cambio climático que incrementan las enfermedades endémicas, la morbilidad y mortalidad, debido a la migración de vectores a regiones donde se incrementara la temperatura.

Los riesgos también son latentes debido a la vulnerabilidad espacial, emocional y verbal, ya que las condiciones de hacinamiento inciden en los índices de violencia intrafamiliar. A estos hay que sumarle la vulnerabilidad de las viviendas por la ausencia de diseños y sistemas constructivos apropiados frente a eventos sísmicos.

Ante estas realidades, el decreto 1469 de 30 de abril de este año -capítulo de ‘Reconocimiento de edificaciones existentes’- plantea una visión diferente para reconocer la vivienda no formal, y establece un marco de responsabilidades para las entidades territoriales.

El gobierno nacional recogió en el decreto toda la normatividad existente para reconocer viviendas, y -a su vez- determinó cambios sustanciales para adelantar la tarea.

Este artículo plantea un análisis de las normas adoptadas y de los propósitos que se desprenden desde el gobierno con el nuevo decreto, entre ellos, que las normas de arquitectura de las viviendas deben ser -mínimo- las de uso, es decir, las que permitieron legalizar el barrio.

Cabe anotar que hasta ahora las viviendas, que han sido construidas sin el cumplimiento de las normas establecidas han sufrido un proceso de exclusión para participar de los recursos que ofrece el Estado.

Por otra parte, a la academia se le presenta la oportunidad de hacer de la ciudad no formal una prioridad para brindar asistencia a los gobiernos locales; por ello se requieren con urgencia propuestas técnicas de ingeniería para mitigar el riesgo que representan este tipo de viviendas frente a la amenaza de un sismo, y crear, de la mano de la arquitectura, alternativas de diseño.

LUIS FELIPE HENAO C. / ESPECIAL PARA EL TIEMPO / VICEMINISTRO DE VIVIENDA Y DESARROLLO TERRITORIAL
Portafolio.com.co

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