Rozo quiere ser el municipio 43 del Valle del Cauca
“La zona también cumple con todas las características para ser gran municipio en el Valle del Cauca”, dice Salazar, quien destaca en primer lugar que Rozo “es la tierra más fértil que tiene el departamento del Valle del Cauca; segundo, tiene la malla vial más desarrollada del país y tercero, tiene unas características que la hacen un municipio próspero y muy productivo, como 350 empresas ubicadas en esta zona, dos zonas francas, un aeropuerto y un estadio”.
“Rozo es el corregimiento más grande de Palmira y ha sido olvidado, por eso el progreso se ve frenado y esa es la razón por la que queremos convertirnos en un municipio próspero”.Alexánder Campo, habitante de RozoSegún las cuentas que ha hecho el Comité Pro Rozo Municipio del Valle del Cauca, conformado por 120 personas que velan para que la Alcaldía de Palmira les entregue el estudio de viabilidad socioeconómica y financiera del territorio, si este corregimiento llegara a ser un municipio, se ubicaría, a nivel económico, en el número once del listado regional, debido a que en materia de ingresos estaría por encima de Roldanillo y La Cumbre, San Pedro y muy parejo con Candelaria y Jamundí.
Otros de los requisitos que exige la ley es que no se le puede sustraer al territorio del que se pretenden separar, más de la tercera parte del territorio y estos ocho corregimientos lo cumplen a cabalidad, pues Palmira tiene 1.162 km2 y los corregimientos llegan a un total de 236,9 km2
Javier Rodríguez, presidente del Comité, explica que la decisión de buscar separarse de Palmira se tomó en el 2008, luego de que la secretaria de Hacienda, Alba Leticia Chávez, les notificara que el impuesto predial que se les cobraría tendría un costo igual al de la zona urbana, lo que ocasionó que los impuestos se triplicaran sin tener beneficios a cambio.
Por eso, luego de examinar la Ley, encontraron que en Colombia hay tres caminos para crear un municipio: que la petición de separación la presente el Gobernador del departamento, cosa que no se hizo; que la ordenanza la presente un diputado en tres debates ante la Asamblea Departamental, tarea que realizó Juan Carlos Salazar.
En el año 2008, cuando era diputado, el dirigente político presentó ante la Duma departamental el proyecto de Ordenanza para que Rozo se convierta en municipio, acompañado con 5.000 firmas de la comunidad, pero la iniciativa no pasó.
Ante ello, el Comité optó por el tercer camino, y es que la comunidad, por iniciativa propia, lo haga a través de una consulta popular. “Como el pueblo es soberano y es la demostración más pura de la democracia, hemos decidido llevarlo por la vía de la consulta popular, que tal vez para el mes de septiembre se lleve a cabo y así en octubre o noviembre podamos al fin tener un nuevo municipio”, comenta Rodríguez.
Para que se pueda completar este sueño, que desde 1986 ronda en la cabeza de los roceños, el 50% más uno del censo electoral debe votar a favor. De lo contrario, deberán continuar siendo parte de la cabecera municipal de Palmira.
¿Gana Rozo, pierde Palmira?
Rozo es el corregimiento más grande de la Villa de las Palmas y en su área está ubicada la más importante zona industrial, lo que le representa a Palmira un alto porcentaje de recaudos tributarios.
Según un informe de la Secretaría Jurídica del municipio, Rozo le tributa $12.190 millones anuales a Palmira por impuesto predial. “De esa cantidad de dinero no se nos revierte ni siquiera el 0,5%”, dice Rodríguez, “pues Palmira sólo invierte en nosotros $1.000 millones al año”.
Por esta razón los habitantes de Rozo sustentan su deseo de independencia. También argumentan que el corregimiento durante años fue olvidado por gobiernos que no retribuyeron en bienestar los recursos que los habitantes pagan en impuestos.
“No tenemos acueducto, no tenemos alcantarillado, falta pavimentación en las calles, faltan oportunidades de empleo y un mejor desarrollo de la actividad comercial”, dice Antonio Garcés, quien además piensa que los roceños “necesitamos alguien que se mueva a favor de nuestros intereses y no de los propios”.
Para el municipio de Palmira perder el corregimiento de Rozo significaría, entre otras cosas, un enorme hueco en la tributación. Igualmente, perdería la zona industrial de La Dolores, la Industria de Licores del Valle, la Destiladora de Alcohol, el Estadio del Deportivo Cali, el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, las dos zonas francas y la zona industrial de Prodesal y Jabón Varela.
Pero los habitantes de este corregimiento lo ven como una ganancia para el municipio, pues según las razones que le da el comité Pro Rozo a la población, “con la separación le estaríamos quitando una gran carga a Palmira porque este municipio no puede solucionar nuestro problemas, ya que no tiene cómo darnos un acueducto que vale más de $120.000 millones, tampoco tiene los $10.000 ó $15.000 millones que cuesta la creación de un hospital de primer o segundo nivel, y menos cómo darnos una institución educativa técnica que cuesta entre $4.000 ó $5.000 millones”.
El problema más apremiante para los habitantes de Rozo es la falta de agua potable. Según sus moradores, mensualmente cancelan $14.000 por un servicio que es completamente deficiente.
Frente al movimiento separatista el alcalde de Palmira, Raúl Arboleda, responde con un espíritu de concertación. Sostiene que “se debe buscar unir y no separar”, y para ello el Municipio gestiona desde el 2008 una inversión de $5.000 millones para el acueducto de Rozo. “Para hablar de una separación, se debe hacer un debate sano y transparente y no con intereses políticos particulares”, manifestó.
Sin embargo, esta promesa del acueducto no se ha cumplido y la comunidad aún se abastece de agua de consumo humano de tres pozos ubicados en la cabecera de Rozo, en la Acequia y en la Torre.
Por eso, a esta región ubicada a 1.000 m sobre el nivel del mar y con una temperatura que oscila entre 26°C y 27°C, que la hace apta para la agricultura, esperar que se designe al nuevo gobernador para que luego ordene la consulta popular con la idea de que sean los mismos habitantes los encargados de decidir si quieren ser el municipio número 43 del Valle del Cauca.
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