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Se ‘desintegra’ la unidad del equipo del alcalde Ospina?

Ambos intercambiaron mensajes, cruzaron miradas y dejaron en el ambiente la sensación de que las cosas no terminarían ahí. Efectivamente, horas después, ya corría el rumor en la Alcaldía de que una grabación del Consejo de Gobierno estaba en poder de dos periodistas locales enemigos de Ospina y que la gente del PIN preparaba una andanada.
Esa misma tarde, el concejal Edison Ruiz, en un debate en el hemiciclo del cabildo, le recordó a Ospina públicamente su alianza con Juan Carlos Martínez. Le dijo que sin su apoyo no hubiera ganado la Alcaldía y lo retó a que en plaza pública dijera la verdad sobre la forma como se dio la participación en política del Gobierno Municipal, a favor de Mauricio Ospina. Afirmó que las nuevas realidades electorales, con el triunfo del PIN en el Valle, llevaron a que Ospina “persiga funcionarios como Eliana Salamanca y Diego Cardona, que representan al PIN”.

Lo peor está por venir
La confrontación está servida, pero al interior de la Administración lo peor apenas está por venir; en eso coinciden analistas, periodistas políticos, concejales y funcionarios de la misma entraña del médico Ospina, consultados por El País y que no quisieron revelar su identidad. Es claro: en este vía crucis del Alcalde nadie quiere terminar crucificado.
“El Alcalde tiene hoy poca confianza en su equipo, siente que se le ha salido de las manos, hay funcionarios que tienen otros intereses y lo que pasó con la grabación es la confirmación de que la situación está a punto de explotar”, reveló una fuente cercana al Mandatario local.
Las últimas palabras de Ospina a algunos de sus más cercanos colaboradores, antes de marcharse de vacaciones, fueron contundentes: “No quiero saber nada, me voy porque necesito pensar mucho. Llegó la hora de las decisiones”.
El panorama que hoy enfrenta el Mandatario local no es nada halagador. Por un lado, Ospina siente que tiene el enemigo por dentro, tres fichas del PIN: Eliana Salamanca, Diego Cardona y Néstor Humberto Martínez (segundo en Infraestuctura Vial) se han convertido en un duro lastre para el Gobierno local. Es vox populi que hay poca confianza hacia estos funcionarios y que la percepción es que empujan más el carro del PIN que el de la Administración local y que responden más a lo que se dictamine desde la Picota en Bogotá que a lo que digan en el tercer piso del CAM.
Otro aspecto que ha resquebrajado la confianza de Ospina en su equipo es la explosión de candidaturas para el Concejo y la Alcaldía de Cali. El País conoció que Ospina pasó una urna en el consejo de Gobierno en la que pidió que se introdujeran las aspiraciones de cada uno. “Si me llego a dar cuenta que alguien está haciendo campaña sin yo saberlo, lo saco de una”, fue la advertencia directa.
Pues bien, este diario estableció que por lo menos son ocho los funcionarios de primer nivel que tienen interés en ser candidatos a la Alcaldía: Alejandro Varela (Salud), Johanio Marulanda (Planeación), Juan Carlos Botero (Hacienda), Mario Hernán Colorado (Educación), Fabio Cardozo (Tránsito y Luis Eduardo Barrera (Metrocali), Juan Diego Flórez (Infraestructura) y Marco Zambrano (Vivienda). Además, otros funcionarios como Argemiro Cortés, Alfredo Valenzuela y Mariluz Zuluaga, por mencionar algunos, harían parte de una lista única de Podemos Cali al Concejo.
“El Alcalde está preocupado porque siente que el grupo no está articulado y las diferentes aspiraciones generan que cada uno tire para su lado”, indicó una fuente cercana al despacho.
Como si fuera poco, esta situación ha generado un contraataque del Concejo, que ve en cada Secretario a un rival en las próximas elecciones. De ahí que no haya sido gratuita la andanada de Ruiz, por una parte, pero también de otros concejales como Carlos Clavijo, Clementina Vélez, Milton Castrillón, José F. Gil y Nelson Garcés, por citar algunos, quienes han cuestionado duramente a funcionarios como Varela y Valenzuela.
“Esto hace parte de una estrategia, quieren desgastar al gobierno. Los del PIN, por ejemplo, no quieren caerse sin arrastrar al gobierno. El resto necesita oxigenarse, entramos en una etapa preelectoral y qué mejor que calentarla con funcionarios del Gobierno. Viene una etapa muy difícil para el Alcalde”, sostuvo un miembro del gabinete.
A lo anterior se suma que hoy el alcalde no tiene una bancada en el Concejo que lo respalde, pues no conformó una coalición, y tiene abierto un tercer frente de batalla con la Gobernación del Valle, donde Juan Carlos Abadía, pasadas las elecciones, decidió apretar las tuercas. Las relaciones de ambos mandatarios se encuentran en su peor momento.
“Por un lado no trasladan la plata del Dagma, sino que la ejecutan de manera unilateral, cerca de $30.000 millones a través de la CVC y para colmo lo hacen mal. Se nos burlan y hacen sus manejos con desdén. Además, con cualquier pretexto niegan al Municipio un espacio público en Telepacífico y con ello impiden la posibilidad de hacer pedagogía; y para completar, borran y persiguen cualquier vestigio de Ospina en el HUV, socavando un proceso administrativo formado por años”, explicó una fuente.

Los escenarios posibles
El Alcalde regresará a sus funciones el 5 de abril con varias cosas claras. Un primer escenario a tejer es la confrontación total, lo que implica hacer la anunciada crisis de gabinete, que se proyecta hacia junio o julio, y salir de aquellos funcionarios que lo incomodan, especialmente los del PIN. Para algunos analistas políticos, este es el mejor momento para dar esa pelea y para que el Alcalde se sacuda de las presiones de Abadía y el ex senador Martínez.
El temor de entrar en esta batalla frontal es que algunos asesores le han manifestado al Alcalde que Martínez podría tomar represalias contra Ospina y tratar de enlodar su nombre de alguna manera. Lo otro es que se agudizaría la presión desde la Contraloría Municipal y la Personería, organismos de control muy cercanos a Abadía y Martínez.
El otro escenario es que Ospina no confronte, no haga crisis de gabinete y continúe con su equipo. Este, sin embargo, parece ser el peor escenario, porque como dijo un concejal, “entenderíamos que las acusaciones de Ospina simplemente fueron una pataleta para arreglar las cargas y que el discurso de Edison Ruiz le funcionó al PIN”.
Por eso muchos dudan de que las cosas se queden así, porque si el Alcalde no actúa quedaría muy mal parado no sólo con la clase política, sino con aliados del gabinete y con la propia opinión pública.
Otra alternativa es que el Alcalde decida solamente hacer una serie de rotaciones en su equipo y dé por terminado su enfrentamiento con el PIN. Salida también complicada porque el Concejo lo asumiría como una posición retadora del Mandatario local, que decide continuar con un equipo de gobierno en el que varios de sus integrantes pretenden moverle la silla a los actuales cabildantes.

En pocas palabras
"Hoy se habla mal del PIN, pero olvida el alcalde Ospina que fue esta organización la que le dio la ganancia en las elecciones”. Edison Ruiz, concejal.
"Es necesario que Ospina sacuda el equipo, es la oportunidad de hacerlo teniendo en cuenta lo que está pendiente por hacerse”. Clementina Vélez, concejal.

 

¿Un guiño a la U?
La situación no se muestra fácil para el Alcalde, quien dos años después de su ejercicio en el cargo comienza a acusar la soledad del poder. Hoy, lo reconocen varios de sus amigos:
Jorge Iván Ospina es un hombre solitario, introvertido al máximo, con poca confianza, incluso hacia sus más cercanos, preocupado por el futuro de sus proyectos de Gobierno y receloso sobre quién lo puede suceder en el cargo. Incluso, es un comentario a voces que el Alcalde está distanciado de su electo hermano y que en un reciente consejo de Gobierno advirtió a su gente que el que manda en Podemos Cali es él y no Mauricio.
Quienes lo conocen, sostienen que Ospina prepara una gran sorpresa en los próximos meses. Desde ya se avizora un escenario que puede cambiar todo el panorama. El Alcalde estaría contemplando la posibilidad de romper definitivamente sus vínculos con el Polo Democrático, desamarrar los angustiosos lazos que lo han tenido unido con el PIN y resguardarse de los ataques que sobrevendrían bajo la segura sombrilla que pueden encarnar Angelino Garzón y Juan Manuel Santos. De esta forma, Ospina tendría un par de padrinos de kilates, conjuraría la crisis política y tendría maniobrabilidad suficiente para acercarse a sectores políticos con los cuales no ha tenido las mejores relaciones.
“Si Ospina decide ser socio de Angelino y Santos tendría que darles participación en el Gobierno, luego habría un reordenamiento burocrático y entrarían a jugar actores políticos que no se habían contemplado antes”, aseguró un funcionario muy cercano a Ospina.

elpais.com.co

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