El Pacífico se hace sentir en la Feria de Cali
A ritmo de currulao, chirimías y bebidas afrodisíacas transcurre el quinto día de las fiestas en la sultana del Valle.
Pasar hoy por la plazoleta de la Alcaldía es como atravesar un barrio de Buenaventura. La comunidad negra está vestida de colores, las marimbas y los cununos no paran de sonar y el olor a sancocho de pescado, a plátano frito y a camarón invitan a parar y a separar una mesa.
Las mujeres que llegaron desde el Puerto para cumplir su cita en la Feria están ataviadas con faldones blancos y turbantes de colores. Ofrecen el famoso ‘tumbacatre’, un licor de caña de azúcar mezclado con chontaduro, borojó y gotas amargas.
También tienen el famoso viche, esa especie de aguardiente que destilan en el Pacífico y que es mucho más fuerte que el Blanco del Valle. A las mujeres les recomiendan la ‘tomaseca’, un vino de caña con pipilongo (planta parecida en su forma la vainilla) y que, según las matronas del Litoral, resulta ideal para quienes recién han tenido hijos, porque limpia la matriz.
"Lo que más me ha llamado la atención es el plátano, en Holanda no se ve. Allálo comemos solo en fruta, aquí lo hacen frito, cocido y dulce", decía Melanie Tenhagen, una turista procedente de Ámsterdam.
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