La minga camina por un poder digno
"La propuesta de paz que le entregamos al país pasa por un debate con Uribe y con las Farc, en el escenario de dialogo y convivencia de La María", dice el pronunciamiento final de la Minga.
Por espacio de tres días hombres, mujeres, jóvenes, niños caminaron hasta la capital del Valle y se concentraron en inmediaciones del coliseo El Pueblo para celebrar el Precongreso de los Pueblos Santiago de Cali.
Al término del mismo, los reunidos expidieron una declaración en la que, entre otros puntos, platean: “Concebimos la paz no como un discurso manoseado por los gremios e instituciones gubernamentales y religiosas, sino como la antítesis de la violencia física y estructural que hoy nos atraviesa por causa de la guerra”.
Este planteamiento y otros relacionados con exigencias sectoriales ante el recurrente incumplimiento del Gobierno serán llevados al Congreso de los Pueblos, que se realizará proximamente.
Un aspecto trascendente de este certamen — que no fue cubierto por los medios masivos de comunicación con el despliegue que merecía, e incluso fue invisibilizado por algunos–, es la importancia que otorga a la articulación del movimiento indígena, con sus mingas masivas y muy organizadas, a las protestas y reclamos de los demás sectores sociales afectados por las políticas del gobierno de Álvaro Uribe.
“Los resultados de este trabajo colectivo son compartidos hoy con la sociedad nacional, como una convocatoria amplia e incluyente, que invita a todos aquellos que encuentran en la Minga una posibilidad de conjugar y construir el proyecto de país democrático que soñamos las mayorías populares”, dice en tal sentido el texto de la declaración.
A continuación, el documento completo del Pre Congreso de los Pueblos cumplido entre el miércoles 14 y el viernes 16 de octubre en Cali:
Declaración del Precongreso de los Pueblos Santiago de Cali
Minga de Resistencia Social Comunitaria
La memoria camina la palabra
América sigue viva: madre tierra, pueblos nativos, comunidades afros, población campesina, sectores urbanos que se solidarizan, se encuentran, caminan con sus recuerdos al hombro, llenan sus mochilas de evocaciones y de acciones de resistencia al modelo invasor y depredador que se alimenta de odio, muerte y desolación.
Chile canta la liberación de la madre tierra con la recuperación cultural del pueblo mapuche, Bolivia se esfuerza reorganizando su territorio, Perú y Brasil sueñan y practican la libertad del Amazonas, Ecuador revive el espíritu del agua, Guatemala reorienta su destino, Argentina reactiva la solidaridad con su Movimiento de los Piqueteros, Colombia y Honduras resisten ante la traición de sus gobernantes de entregar los territorios con sus pueblos a los ejércitos extranjeros.
La Minga es la expresión común, que revive la esperanza, que fortalece la resistencia y camina la palabra en defensa de su dignidad y apuestas de vida colectiva. Somos conscientes de cómo se fortalece la estrategia neoliberal en nuestros territorios, de cómo el poder entrega recursos y vende a la madre tierra al capital internacional, recompone la corrupción y legaliza la traición, la impunidad y la militarización de la vida civil.
Hoy la Minga camina tal como lo hizo la Gaitana, contra la barbarie española, como nos lo recuerdan los afros con sus movimientos libertarios que inventaron los palenques, como lo hicieron los comuneros en el Siglo XVIII y los indígenas unidos a las gestas libertarias que entregaron el poder a los hijos de los europeos, como avanzaron los trabajadores de la naciente industria colombiana, o los campesinos en su lucha por hacer realidad la reforma agraria. Igual a como nos enseñaron nuestros padres y abuelos con las movilizaciones estudiantiles y cívicas de los años setenta y ochenta, o con nuestras experiencias recientes de la marcha a Cali en el 2001, o con el Congreso Itinerante del 2004, o con la Cumbre de Organizaciones Sociales del 2006, o con los procesos de liberación de la Madre tierra de los años 2005 y 2006, o como el Parlamento indígena y popular que llegó a sesionar a la ciudad de Bogotá en el año 2007.
El debate con el presidente Uribe en la María Piendamó, en el año 2008, referido a los reiterados incumplimientos del gobierno a los sectores y organizaciones, marcó una nueva ruta en la unidad popular con la Minga de Resistencia Social y Comunitaria, demostrando que el Estado colombiano no guarda una memoria institucional, que desconoce la problemática de las mayorías del país y carece de voluntad política para garantizar los derechos constitucionales. Por el contrario, reafirma su compromiso con el neoliberalismo y el capital multinacional haciendo uso de la legalidad colombiana para restringir los derechos ciudadanos que aumentan la desigualdad social, concentran la riqueza en pocas manos, favorecen a los amigos y a los familiares del Presidente y continúan la corrupción y la impunidad.
El país que soñamos las mayorías populares
La propuesta de la Minga es reconocida a nivel internacional siendo asumida por las organizaciones participantes del Foro Social Mundial, por los ambientalistas del mundo y por el Congreso de los Pueblos realizado en Puno, Perú, que acogió la liberación de la madre tierra como propuesta efectiva contra las acciones que afectan el calentamiento global, indicando que octubre debe ser un mes de movilización social, especialmente en el continente americano. Sin embargo ya la propia Rigoberta Menchú, Nobel de Paz, ha denunciado el asesinato de uno de los mingueros que participaba en una actividad de movilización realizada en Guatemala.
En Colombia, la Minga Caribe, con sede en Cartagena, y la Minga del Sur Occidente Colombiano, que sesionó en Popayán, fueron reprimidas por el gobierno colombiano mediante el uso excesivo de la fuerza, dejando como consecuencia, en la segunda, 4 personas heridas de gravedad y 13 detenidos.
Hoy, las Mingas de Pensamiento, las Tulpas barriales en las ciudades y el Pre Congreso de los pueblos en Cali y Bogotá continúan el caminar de la palabra hacia la consolidación de propuestas de acción para el país. Este ejercicio ha puesto la reflexión y el debate en el camino de fortalecer la agenda de los pueblos, con los pueblos y para los pueblos, los cuales sustentan y enriquecen los cinco puntos de Agenda de La Minga.
Los resultados de este trabajo colectivo son compartidos hoy con la sociedad nacional, como una convocatoria amplia e incluyente, que invita a todos aquellos que encuentran en la Minga una posibilidad de conjugar y construir el proyecto de país democrático que soñamos las mayorías populares. Mingueros y mingueras llegamos a nuestros espacios de encuentro llenos de sueños e ideales y salimos con pensamientos para legislar con legitimidad popular significante, con propuestas en la ruta de la vida y de la paz, cuyo camino es la palabra vertida en solidaridad, generosidad y resistencia.
El encuentro nos ayuda a entender la importancia del Congreso de los Pueblos, el cual convocamos como espacio legislativo para avanzar en la consolidación de los Territorios de Vida y Soberanía, al igual que en propuestas que nos permitan consensuar, consolidar y socializar la ley de reforma agraria que venimos construyendo los sectores rurales y urbanos del país como alternativa a los modelos de desarrollo rural.
Los incumplimientos del Gobierno frente a los compromisos de Estado nos invitan a proponer acciones de desobediencia civil a las leyes del despojo, en un ejercicio de reconocimiento de la diversidad, donde se valore la cosmovisión, la autonomía y las formas de acción y desarrollo surgidos de las tradiciones milenarias de nuestros pueblos originarios.
Concebimos la paz no como un discurso manoseado por los gremios e instituciones gubernamentales y religiosas, sino como la antítesis de la violencia física y estructural que hoy nos atraviesa por causa de la guerra. La propuesta de paz que le entregamos al país pasa por un debate con Uribe y con las Farc, en el escenario de dialogo y convivencia de La María y mediante el desarrollo de diálogos regionales con los actores armados y con el acompañamiento de la comunidad internacional.
Por eso, invitamos al país en su conjunto, a los gremios, las iglesias, a los organismos multilaterales, a los sindicatos, a los partidos políticos y a toda la sociedad civil para que aporten en estas discusiones y así entre todos levantar salidas políticas negociadas al conflicto que vive nuestro país.
Al entender que los procesos de invasión continúan facilitados por el Gobierno Nacional que permiten el ingreso de empresas mineras y agroindustriales, rechazamos la iniciativa venida desde España para celebrar los bicentenarios que dieron origen a la creación de la República de Colombia, haciéndonos la pregunta de “¿Cuál Independencia?” En consecuencia, julio del 2010 será conmemorado por nuestros procesos como otro bicentenario de la resistencia.
Es por esto que invitamos a todos los mingueros participantes, pero también a todos los sectores marginados de Colombia y el mundo que aun no se unen a la minga a participar trabajando basados en la metodología que ha definido el Pre Congreso de los Pueblos, en la búsqueda de puntos de convergencia, que nos lleven a la construcción de un poder con dignidad y legitimidad, Así mismo, invitamos a fortalecer los debates que nos permitirán llegar a realizar concertaciones en los puntos divergentes, con el fin de lograr un plan para el proyecto de país que queremos y que continuará debatiendo el Congreso de los Pueblos.
La palabra sigue caminando, la minga sigue construyendo.
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